ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


lunes, 4 de julio de 2016

La mítica quimera de Vicente Luis Mora


En septiembre de 2010 la prestigiosa revista Quimera publicó un número dedicado por entero al tema Literatura y falsificación. Poco después se supo que el verdadero autor de todos los artículos había sido Vicente Luis Mora, suplantando a los colaboradores habituales y sirviéndose de un total de 22 seudónimos para completar esta performance heterónima. 

Rápidamente el número adquirió la aureola de mito y, al agotarse, casi de leyenda: todo el mundo decía haberlo hojeado o conocer a alguien que lo tuviera, pero pocos lo tenían directamente o accedían a prestarlo a los que tenían el valor de reconocer que habían llegado tarde.

Documental y poética de Ana Pérez Cañamares


Además, intervienen autores como Inma Luna, Alberto García-Teresa, Marcus Versus y sus gatos Layla y Sola (Poe prefirió quedarse en un discreto segundo plano). No tanto como sus libros pero, sin duda, merece la pena.

De paso, aprovecho la excusa para dejar por aquí su poética, citada al principio del documental e incluida en la antología 23 Pandoras. Poesía alternativa española, seleccionada por Vicente Muñoz Alvárez y publicada por Baile del Sol:
Escribo porque mi madre no escribía; escribo porque no tengo jardín ni perro y vivo en un lugar sin mar; escribo porque mi voz y sus ecos me hacen compañía; porque soy un laboratorio y quiero difundir los resultados de mis experimentos; porque, siempre, después de analizarme, levanto la cabeza y observo dónde me coloca lo que he visto, y esto también tengo que escribirlo; escribo para decir “yo también” o para preguntar “¿tú también?”. Escribo para saber si tengo que perdonarme, pedir disculpas o exigir responsabilidades. Escribo para ser agradecida y también para cagarme en todo lo que se menea. Escribo porque sé hacer otras cosas, pero ésta es la que elijo y la que siempre me espera. Escribo para rescatar aquello en lo que quiero creer, lo que no puedo olvidar; para salvar mi voz del barullo. Escribo porque entiendo a Virginia Woolf, a Anne Sexton, a Sylvia Plath, pero yo quiero sobrevivir y seguir escribiendo. Escribo porque quiero que se sepa con qué fuerza lo intenté, y con qué fervor lo intentaron otros. Para hacer del fracaso un lugar habitable. Escribo para no dejarme invadir y colonizar. Escribo para ser la primera en acusarme de falsedad o hipocresía o cobardía, antes de que lo hagan los que se fortalecen acusando a los otros. Escribo porque no sé gritar sin quedarme afónica. Escribo porque una palabra precisa me aparta de la confusión. Escribo para llegar al lugar donde las dudas ya no son defensas ni huidas, sino brazos abiertos a los cómplices. Escribo porque a mi ansia de comprensión sólo la calma y la humaniza la constatación de sus límites. Escribo para encontrar utilidad a las heridas. Para que mi hija conozca lo que no supe o no me atreví a explicarle a la cara. Escribo porque los momentos en que escribo nunca son iguales entre sí, y me salvan de la rutina. Escribo porque la belleza no sólo consuela, sino que, además, es lo único que me permite mirar el dolor cara a cara. Escribo para que lo propio y lo ajeno se disuelvan. Escribo porque lo escrito es el disfraz más honesto y más cercano a la piel que conozco. Escribo para no dar nada por sabido.

domingo, 3 de julio de 2016

Lo mío no es normal (un poemazo de Ballerina Vargas Tinajero)


Hablo sola más que con la gente
Me imagino en pelota picada a todos
Los que veo con gabardina
Memorizo matrículas porque sí
Por si los conductores son unos asesinos y luego
Me veo declarando ante la Policía
Me pongo retos absurdos
                 si el agua ha hervido la próxima vez que la mire
                 si llego a la esquina antes que la gorda
Que cambiarán mi destino
O me imagino con todo lujo de detalles
Las peores desgracias
Que mi madre se muere
Que cierra la Cruzcampo
Que reponen Cosas de casa

No me gusta hablar de mi vida
Ni de mí
No cometáis el error de confundirme
Con lo que escribo

Me dan ganas de moler a palos
A los pervertidos que abusan
Todo el rato del diminutivo
Evito los espejos porque me asusto
Porque me niego
Porque ya no no no
                 a lo Amy Winehouse
Me reconozco en ellos
Y si veo un montón de niños saliendo del colegio
Sólo puedo pensar en el momento
En que sean ancianos abandonados
O si son afortunados
Ya estén muertos

No llevo bien el contacto físico
Pero a veces
Echo de menos un abrazo largo y silencioso
O una respiración entrecortada
Perdida en mi pelo
Un polvo breve

Quién me entiende

Odio el rosa
Y los pájaros
Y a las pájaras
Y a las personas constantemente felices
Me revientan
Y todos esos culturetas que hablan
Y no escuchan
Y sientan cátedra y siguen hablando
De lo que es y no Poesía
                             para ellos

Otras veces entro en clase y me dan ganas
De mandarlo todo a tomar por culo
Y decirles a mis niños que el sistema
Que la vida es una mierda
Y que entre estas cuatro paredes
No van a aprender nada realmente importante
Al menos de mí
Que estoy tan perdida
Como ellos con quince
A dos de los cuarenta

Me gustaría tanto poder enseñarles
Cuándo hablar o guardar silencio
Cómo querer a quien debas
Cuándo insistir o dejar marchar
O animarles a inventar algo útil
                      por ejemplo
Unas llaves que no se pierdan
Una pastilla para el olvido selectivo
O una copa que nunca se vacíe

Yo lo único que puedo enseñarles ya

Es cómo reconocer a destiempo
           sin espantarse demasiado
Una mente enferma

sábado, 2 de julio de 2016

La espera (un poema de "Aire de familia", de Juan Ramón Santos)


Sin flamas ni sofocos
se marcha el mes de julio
y entretenemos mientras nuestros días
en menudas tareas estivales
que disfrazan el paso de las horas
y amainan la inquietud, que tanto apremia,
y pasamos las noches al sereno,
cada uno en su balcón,
agotando este tiempo que se acaba
para cederle el paso
a otro tiempo que aún es pura incógnita.
Suspendidos los dos sobre el vacío,
sentados frente a frente,
con enorme torpeza,
disimulamos:
tú, tumbada en tu hamaca,
escuchando esos discos
que jamás has tenido
tiempo antes de escuchar,
uno detrás de otro, sin descanso,
como si se acercase el fin del mundo,
silenciando debajo de los cascos
un razonable y nunca confesado
temor a dar a luz;
yo, acostado en mi hamaca
junto a un montón de libros,
no tanto para leerlos
como para apoyarme
si me asaltan las dudas, los temores,
o flaquean las ganas de ser padre,
pero ambos mantenemos
quietos las composturas
y sólo algunas veces,
como si el malestar
fuera tan solo físico
exclamamos,
«Qué incómoda es la hamaca»,
y nos enderezamos
sobre la lona ardiente
para otear por entre los barrotes
lo que está haciendo el otro,
y entonces las miradas
se cruzan como por casualidad
a ocho o nueve metros sobre el suelo
y sonreímos cómplices,
pues lo sabemos todo
y no decimos nada,
y así vamos dejando
que el tiempo se diluya
al inaudible ritmo
de acalladas canciones
mientras vemos pasar,
a toda prisa,
las páginas, las horas,
los discos y los días.

lunes, 27 de junio de 2016

Sobre tumbas y héroes (artículo en Favela 11)

Hace dos años me invitaron a participar en un proyecto interesantísmo en el que escritores de todo el mundo íbamos a ofrecer nuestra opinión sobre el Mundial desde un punto de vista literario. El proyecto se llamó Favela 11 y se creó una página web que acogió textos de gran calidad y muy diverso origen. Lamentablemente, en ese momento yo me encontraba enclaustrado empollando mis oposiciones de secundaria (que al final dieron su fruto y motivaron mi traslado a Sevilla, aunque esto es otra historia). Por eso, solo pude escribir un artículo, antes de que comenzara el Mundial y que hoy, dos años después, comparto aquí con ustedes:


SOBRE TUMBAS Y HÉROES

Desgraciadamente, no voy a poder involucrarme en el atractivo proyecto FAVELA 11 tanto como me gustaría, pues me encuentro en la recta final de mi preparación de las oposiciones a profesor de Secundaria. En mi caso, eso supone que me destrozo concienzudamente el estómago mediante una ingesta desproporcionada de red-bulles, monsters, cafés, coca-colas (light), pharmatones, beroccas, jalea real, ginseng rojo coreano y más sustancias de pésimo sabor y  peor digestión mientras veo la tele o navego por internet con los apuntes desplegados encima de la mesa y me repito cada vez más acelerado y perezoso: “tienes que estudiar, imbécil, céntrate y deja de hacer el tonto”.
Esta será la tercera ocasión en que me presente, después de haberlo hecho (con un método similar) en Junio de 2008 y 2010, periodos que coincidieron con las victorias en la Eurocopa de Austria y Viena y en el Mundial de Sudáfrica de la selección española de fútbol. Que es, precisamente, de quien me dispongo a hablarles en este artículo.
Como les he dicho, voy a tener que invertir mucho tiempo en intentar estudiar e ir al baño cada 10 minutos, por lo que no podré seguir con demasiada atención el camino de los chicos de Del Bosque en este campeonato. Sin embargo, no será necesario: creo saber lo que va a pasar y, con su permiso, paso a spoilearles.
El último partido amistoso contra El Salvador dejó varias evidencias: una es que a Simeone no le quedaría más remedio que entregarse al alcohol tras ver que Diego Costa jugaba 73 minutos sin problemas físicos y Villa marcaba dos goles (después de que las continuas lesiones de uno y el escaso acierto del otro casi le cuesten, además de la Champions, una Liga). Otra certeza, creo, es que Xavi y Fernando Torres van a comenzar el campeonato como titulares: es decir, que tras algunas dudas lógicas, Del Bosque va a apostar, irracionalmente, por la vieja guardia, para lo que no cabe otra explicación que la estética literaria: a veces es bonito anteponer la melancolía por lo perdido al deseo por lo que está por llegar.
Y es que lo que Luis Aragonés llamaba “el pasillo de seguridad” (la línea recta que recorre el campo desde la portería a la delantera y que, en principio, debe tener al menos un referente en cada demarcación) se va a sustentar sobre los laureados hombros de Casillas-Ramos-Xavi-Torres. Lo que quiere decir que después de haber enterrado la ineficiente época de “la furia española” y haber agotado la exitosa fórmula del “tiki-taka”, España pasa a encomendarse a la heroica de los veteranos. Más concretamente, a cuatro héroes y una tumba.
Casillas, como todos sabemos, es el héroe clásico, típico y tópico (para algunos, típico y “Topo”): guapo, con cara de buen chico, predestinado para la gloria y, sobre todo, favorecido durante toda su vida por los hados, muy especialmente en los momentos más determinantes (copas de Europa, tandas de penaltis, manos a manos en finales…). De hecho, literaria, social y humanamente hablando Iker, a estas alturas, resultaría un coñazo insoportable de no haber sido por el proceso de "rehumanización" al que fue sometido tras su choque con Mourinho: desde entonces, lleva temporada y media de suplente en su equipo, es criticado por los ultras de su afición e, incluso, aunque su equipo acabara ganando, este año cantó por primera vez en una final importante.
Ramos es el único de los citados con la categoría de héroe actualizada. Para muchos, más bien de superhéroe tras su gol en el último segundo que dio al fin la ansiada Décima Copa de Europa al Real Madrid. (Paradójicamente, en el equipo más caro y con más estrellas de la historia, el gol decisivo lo acabó consiguiendo el central español con más expulsiones tras rematar, a la vieja usanza, un córner). En realidad, Ramos representa al hombre de acción: básico, irreflexivo, valiente y sin el defecto de comerse nunca demasiado la cabeza: actúa por instinto y suele actuar bien, menos cuando se equivoca. En el Mundial, Ramos deberá cargar además con el lastre de Piqué que, aparentemente, viene en un mal estado físico y psicológico. Veremos si al final lo de Piqué no es para tanto, Del Bosque le busca otra pareja o Sergio es capaz de hacerse cargo de todas las fugas y despistes del catalán, porque, si España encaja goles fácilmente, será eliminada en primera fase. (Si no, llegará hasta cuartos.)
Con Xavi ha sucedido un proceso paradójico: siempre dio la impresión de ser desproporcionadamente maduro e inteligente para su edad (o, con perdón, para su profesión) y, en base a esas virtudes, fue quemando etapas como líder natural y héroe cotidiano de la mejor selección y el mejor Barça de la historia, sin más argumentos que la calidad, el fútbol y una lectura de los partidos cercana a la radiografía. Sin embargo, cuando llegó la madurez real, esa que viene certificada por el calendario, se comportó como un niño que no quiere crecer, es decir, como un futbolista que no acepta que ha envejecido: de esa forma fue arrastrando en su decadencia a España y al Barça que, en parte por haber seguido alineándole cuando no se lo merecía, son ahora, lo mismo que Xavi, una sombra del paraíso que fueron.
Por lo que respecta a Torres, reúne todas las características del héroe romántico o, peor, posmodernista: siempre pareció una eterna promesa con todas las posibilidades para el éxito a excepción de la suerte… hasta que llegaron la suerte y el éxito y las recibió con una permanente mueca de spleen nihilista. Hoy en día, Torres da la impresión de chico sensible, envejecido antes de tiempo y de vuelta de todo, lo que podría haberle venido bien a su estilo de juego, siempre predispuesto a la precipitación. Sin embargo, en lugar de aprovechar eso para ponerse el mundo por montera y quitarse las presiones que parecían agarrotarle en los momentos decisivos desde los  17 años, ha parecido aceptar el papel de héroe condenado a un destino trágico (todo lo trágico que puede ser un destino podrido de títulos y millones, por supuesto): es criticado por la afición de su país y la del equipo donde juega mientras le echa de menos la afición del Atlético de Madrid, equipo donde quiere volver a jugar. Eso sí, digan lo que digan, el chico de mirada triste disputará, después de su tercera Eurocopa, su tercer Mundial. Y, por cierto, apúntenlo, va a marcar.
En cuanto a la tumba, como habrán podido adivinar, está ocupada por el espíritu de Luis Aragonés, el viejo cascarrabias que convirtió a los cuatro futbolistas de arriba (y a muchos más) en héroes imprevistos, sabiendo no solo sacar lo mejor de cada uno de ellos sino, y esto es más importante, obligándoles a darse cuenta de que su techo estaba más arriba de lo que ellos mismos pensaban y, por tanto, su destino no estaba escrito. Diseñó el estilo de juego que España lleva practicando 7 años y que ha dado 2 Eurocopas y un Mundial, además de momentos de absoluta belleza objetiva. Sin embargo, al menos según las estadísticas, Luis Aragonés solo pudo ganar, tras años de una lapidación injusta y mezquina por medios y aficionados, la primera Eurocopa con las maletas ya hechas y sin tiempo para disfrutarla. Luis se fue, la prensa lo celebró, llegó Del Bosque a una selección hecha, con un sistema claro y unos jugadores confiados, España ganó el Mundial, España ganó la Eurocopa, Luis murió y Vicente ahí sigue.
En realidad, Del Bosque, el prototipo de héroe tranquilo, esto hay que reconocérselo, supo estar en el momento adecuado para, aprovechando el rebufo del Sabio de Hortaleza, ganar el título más importante (y más difícil) y también el más cómodo, ya con la prensa entregada y tolerante con un juego más previsible, más plano, menos desequilibrante pero, fuera como fuere, aún efectivo y con momentos brillantes. Del mismo modo, ahora todo parece indicar que, a menos que Costa, Silva, Cazorla o Koke cambien el destino de este grupo, Del Bosque será el que disfrute de uno de los más bellos momentos de una magnífica obra: el triste e irremediable final de trayecto.
Poco más que decirles, les dejo mi pronóstico y me despido por el momento, que tengo bastantes bebidas energéticas que consumir y mucho tiempo que perder. Hablaremos más adelante y veremos si he acertado en algo o la realidad ha vuelto a equivocarse.

jueves, 23 de junio de 2016

Un cierto fugitivo (featuring Álvaro Valverde)


No me asusta morir, pero me da aún pereza
(no pretendo con ello confesarme sin fuerzas:
mi apatía, lo admito, fue siempre una pose).
Aún paso de no ser, pero aún con vida
subo a la montaña y suelto mi piedra.

Paso de cuidarme tanto como de matarme
o rebelarme contra la sociedad burguesa.
Trabajo por dinero, pago mis impuestos,
consumo lo que puedo, reviso mis cuentas.

Aprendí del tiempo los años
y de los minutos, la espera.
Aprendí con los imbéciles sonrisas
y con los tontos, paciencia.

Con la familia, vino.
Con las mujeres, poesía,
música, cine, arte... lo que fuera.

Aprendí, de la noche, el olvido
y de las mañanas, la alarma.
(Estuve, lo admito, a punto de matarme
un par de veces, no se lo digan a mis padres,
en la carretera).

Con el tiempo aprendí a escaquearme
de compromisos infumables,
a dejarme el alma solo en un campo de fútbol
y a imaginar el futuro con autocomplacencia.
Pero, ante todo, aprendí a no quejarme
pasara lo que pasase.

Consentí en destrozarme lentamente,
como si en realidad no me atreviera.
Aprendí a hacerme el solidario
sin remover la conciencia
y asimilé, qué remedio, los surcos
del entrecejo y la leve
pero constante barriguita
cervecera.

Y seguí envejeciendo con paso lento
pero inseguro, traicionando amigos
y valores, dejando pasar el tiempo, estampando
relojes de arena en cómodos plazos,
haciéndome un impresentable
presente de mierda y comprando
todas las cosas que se compran
para sobrellevar estos casos.

En el fondo, yo nunca he sido el que era.
Si acaso el que iba a ser
y se perdió por el camino.
Uno de tantos hombres que buscan su destino
en el lado frío de la almohada
para encontrar solo arrugas e hilos.

En resumidas cuentas,
no soy ya apenas nada,
como tal vez nunca lo fuera.

Yo sigo siendo el mismo. Cerveza
-como aquella del pasado-
a la que rindo cuentas mientras giran
las aspas del recuerdo, casi inmóviles.

(La huida hacia delante.
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2014)

ENCUENTRO DE POETAS EN MOGUER, VOCES DEL EXTREMO: POESÍAMERICAHISPANA Moguer, del 27 al 30 de julio de 2016




lunes, 13 de junio de 2016

Resumen de España


Finalmente, el célebre "debate a cuatro" ha resultado muy útil porque, aunque haya sido sin darse cuenta, Ana Blanco ha hecho una síntesis de España perfecta al decir lo siguiente:
"por favor, si pueden, dejen un momento al final del turno de palabra para hablar de la violencia de género."

domingo, 12 de junio de 2016

Si se puede...


Sin más armas ni bandera
que mi pantalón de pinza negro
y mi polo pijo y rojo, reivindico
un anarquismo mainstream
en pos de la centralidad.

Diario de un puretas recién casado.
Ediciones Liliputienses, 2016.

domingo, 5 de junio de 2016

Anhedonia (un poema de Víctor Martín Iglesias)


XXII
ANHEDONIA
Ojalá aprovechara mi vida
tanto como el tubo de pasta de dientes.
@elbaronrojo

Hace meses que recorro
un mismo camino entre la cama,
la cocina y mi portátil. No trabajo.

La vida entera es este abismo
de esperar a que cargue el sistema,
de intentar que la leche no hierva,
de resignarse a que nada suceda.

Una lucha cuerpo a cuerpo
entre mi cuerpo y la desidia.

La cama. La cocina. Mi portátil.

A veces mi propio zulo y a veces una vasta extensión yerma
de irregular topografía, donde a veces llegan
extraños ruidos, ignotas voces,
remotos crujidos de madera.

Por las mañanas, invento oficios a mi medida:
redactor de estados de Facebook,
crítico de vídeos en YouTube,
comentarista anónimo
en páginas web porno.

Por las tardes, arrastro mi abulia entre los libros,
finjo leerlos, que me interesan,
y descongelo cualquier cosa para la cena.

Vivir era esto:
procurarse ciertas calorías,
realizar, en ocasiones, la cópula.
Intentar que de esta rutina infecta
salga de vez en cuando algún poema.

Vivir era esto:
una batalla perdida contra el polvo,
Sísifo pagando facturas eternas.

Vivir era esto:
recorrer el camino que media
entre la joven promesa
y otro bala perdida.

Suplicaréis clemencia,
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2015.

sábado, 4 de junio de 2016

Antirretrato en dos caras



Antirretrato (single)

No soy nada: apenas lo que aparento
y, a veces, ni tan siquiera eso:
pura fachada sin sustancia
de esporádico escritor sin talento
que levanta sus días con gomina,
se calza la cara de ir al trabajo,
bebe un poco y toma alguna pastilla
para paliar pequeños dolores cotidianos.

Soy lo que soy: apenas algo,
una mancha que se oculta a las sombras,
un borracho que lee de vez en cuando.
Un tonto más entre tantos que siguen
con emoción la Liga y frialdad el telediario.

Otro hombre de mediana edad temprana
que hace tiempo emprendió la cuesta abajo.

No soy casi: insisto, existo si acaso.

Ya ni Facebook se altera
con mis golpes de estado.



Antirretrato (cara B)

Apenas soy algo: un hueco repleto 
de vacíos que se llena con nada. 
Poco más de metro y medio: una clienta 
exigente, una fiera en la cama, una 
cuenta corriente de visa cansada 
que procura no meterse en más líos.

No soy nada: apenas tuya en los ratos
que no soy de otro, solo yo en tus labios
y nunca en mi alma; más mía que nada, 
tan mía como de nadie y de todos.

Un unicornio que embiste el tiovivo.

Una señora, un poco cría, un sinsentido
que envejece a pierna cambiada
y ahorra la mitad de lo que gana 
para invertirlo en mapas y libros.

No soy nada, ya lo he dicho:
una niña que se hace dura o blanda
cuando llama a casa cada semana
y, pase lo que pase y caiga quien caiga,
siempre tiene los pies fríos.

Soy lo que soy. Ni mucho ni poco.
Suficiente para meteros 
a todos vosotros en líos.


La huida hacia delante,
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2014.

(También pueden encontrarse en Nacer en otro tiempo, antología de la joven poesía española, publicada por Renacimiento, 2016)

Antonio Rivero Taravillo reseña "Diario de un puretas recién casado" en su blog

Pueden leer la entrada completa en este enlace:
A diferencias de los penosos rebaños que empañan la belleza de las ciudades hermosas en las despedidas de soltero, Víctor Peña Dacosta ha querido hacer algo especial, ya que él puede: escribir una colección de poemas sobre el tránsito a la condición de hombre casado. Siguiendo su línea fresca y hasta frescales, ha reunido en Diario de un puretas recién casado (diálogo con JRJ y también con Juaristi) catorce poemas de regular extensión en los que prima la ironía, el desenfado, la broma, el baile agarrado con la tradición y la danza descocada, también, con la misma. Todo ello, con un fondo reflexivo, que saca buena partida del paso del tiempo. 

jueves, 2 de junio de 2016

Modern Times (un poema de Homero Pumarol musicado por El Hombrecito)


Modern Times
Bob Dylan sacó un nuevo álbum
Que se llama Modern Times
Y tú acabas de perder otro trabajo.

Aguantaste nueve meses esta vez
Y ni siquiera conseguiste liquidación
Y dicen que Dylan duró más de 3 años componiendo
Los nueve temas que contiene el álbum,
Que ya se vende como arroz en todas partes del mundo.

Indudablemente para ambos son tiempos modernos,
Pero claro que es más interesante escuchar
Lo que tiene que decir Dylan al respecto,
A quién le interesa el despido de un empleado
sin hijos ni esposa ni perro que alimentar.

Seguro bebías demasiado o usabas drogas,
Lo que en Dylan es una virtud.
Piensa que ese junkie de ojos claros
Ya andaba por las carreteras con los Beatniks
Y que los Beatles ya le habían dedicado un tema en Revolver
Y que hace mucho es famoso en el mundo entero
Y tiene más de un disco de oro colgado en las paredes de su casa
Y un álbum que te gusta mucho llamado Blonde on blonde
Y que ya había tenido muchas rubias como ángeles en la cola de su motor
Y que hace tiempo dejó de andar en motor por un terrible accidente al que sobrevivió para seguir cantando y componiendo y tocando en Europa y Estados Unidos
Y que ya había pasado del folk al blues al jazz al rock al country
Cuando tú no eras ni siquiera una idea en una casa alquilada.

Y casi cuarenta años después pierdes
El último empleo que has sido capaz de mantener nueve meses,
En un país donde Dylan nunca fue ni será popular.

Tal vez no lo creas,
Pero Bob Dylan sacó un nuevo álbum
Que se llama Modern Times.

Homero Pumarol

miércoles, 1 de junio de 2016

No estoy limpia (Inma Luna)


No estoy limpia. Vengo de un cuento de hombres y mujeres tan verdad y mentira como cualquiera. No hace falta contar lo que se ve en mis brazos, lo amordazado de mis ingles. Tú sabes. Yo aprendo. Esa es la parte buena del negocio. Que estoy dispuesta. Quería decírtelo personalmente mientras te abro la boca para que puedas devorarme. Me pongo así en tus manos y empieza el juego. No estoy limpia. Atrás se quedan cosas que me han dejado estrías en la tripa, rayas blancas, brillantes, en las que puedes colocar tu lengua para que lama a trompicones la inexperiencia que dan los años, las señales que delatan mi edad de árbol. Empezaré soplando el color de tu carne. La acercaré a mis labios, me hundiré en el sabor de cada trago como si fueras mi nutriente. Luego, cuando conozca tu grado de acidez, llegaré a más. No habrá contemplaciones. Seré una plaga de dedos que entren y salgan y arañen, froten, lleven y traigan líquidos y olores. Seré dientes que hagan crujir tus huesos y arrebaten las regiones más blandas. Seré una pierna dúctil y escurridiza anudada en tu origen. Me ensartaré en todos tus extremos hasta verme inundada. No estoy limpia. Ya lo ves. No es necesario que me tapes ahora. No es necesario. No tengo nada que ocultar. Las manchas que arrastramos son las que nos dan forma. Ahora quiero que te quedes aquí, que me dejes hacer, que me dejes hacerme.

No estoy limpia.
Inma Luna
Baile del Sol, 2011 (2ªedición 2015).

viernes, 27 de mayo de 2016