no sé cómo he llegado pero estoy en mitad de la huerta
una mañana de sol de principios de abril y el sonido
extraterrestre de los verderones y la floración
de todo lo vivo me envuelven/ por una vez
la hermosura del afuera convive con aquello
que llevo podrido por dentro sin ilu
minarse ni contaminarse lo uno a lo otro
y tengo los ojos abiertos y deseos de matarme
y ambas cosas conviven milagrosa
mente equilibradas enteras perfectas
el monstruo que soy la primavera
el río lleno de mierda y una garza
que bebe de él
majestuosa
qué sabrás tú del amor si no sabes del que sienten
los jóvenes yonquis de mi barrio y sus abuelas amorosas/
en él se rompen/ ellas entregan pequeñas reliquias
ellos cruzan los umbrales malolientes/ lloran juntos
a horas intempestivas/ se abrazan sabiendo
que ya no habrá pureza en el aire que compartan/
se acusan mil veces/ se perdonan mil veces /
saben que está todo perdido pero se buscan de nuevo
cuando entienden que no van a encontrar a nadie más
cosa que ocurre casi todos los días/ ella sigue viva
aún no se ha rendido/ la ropa del niño a pesar de todo
sigue lavada y planchada/ sólo que ya no es un niño /
es un hombre lobo que duerme de día/ ni ella una vieja/
nadie es una vieja cuando toda su vida
se escapa pedazo a pedazo en dirección al cash converters
a cambio de amor/ nadie es una vieja si se interpone
entre el joven hermoso y las negras praderas de la muerte
madre perdió la cabeza del todo
en la primavera del 17/ menos mal
que estaba yo ahí para cuidarla
y con cuidarla me refiero a asearla
llevarla los médicos alimentarla
vestirla darle las pastillas vigilarla
las horas de su vida/ se hace bueno
la saco a la puerta en su mecedora plegable
a que le dé un rayo de sol/ Buenos días, doña Nieves.
¿Se acuerda de mí? Qué guapa la han puesto.
Me alegro de verla bien / a veces sueño
que tengo un ejército de sirvientes vestidos de negro
que recorren el pueblo desollándolas vivas
una a una se oyen sus gritos en la noche
y luego vienen me entregan el botín
axfisian a mi madre mientras duerme
me follan entre siete y ni siquiera hí
ni siquiera en ese sueño
se abren los portones las ventanas
de casa de mis padres
el tiempo se
convierte en veneno
no como en voy a
llenar esta copa y
bebérmela sino
como en bañarse
nadar y nunca
secarse bucear
formar parte
viven en la calle los fantasmas pero no
queda nunca muy claro que sean muchos:
tal vez son todos el mismo fantasma que te aborda
con frases parecidas y te hace sentir mal
y extrae de ti una cantidad de rabia
y a veces monedas / el perro
fantasma es masa y múltiple
para que tú no lo seas / se desvanece
para que peses
hay una vocecita
socialdemócrata en mi cabeza
como de pito /
creo que es la de rosa
montero / al menos esa es la cara
que le pongo cuando hablar /
habla mucho / me dice: Ve,
pide cita en servicios sociales.
Está la renta básica, y las ayudas
al alquiler, y la cola de cáritas
y blablablablablablá / luego dolbo
en dirección a santa rita / No deberías
fumar también hoy y llego
al bloque 10 y ya casi
ni se le oye / Lo promitaste
dice / discúlpame rosa /
es dios contra la rosa
una paradoja es que los turistas
que atestan el cabo beben y se drogan
mucho más que yo / a veces lloran /
hay una hora en que entran las prisas
por irse con alguien al hotel / algunos
-recién en el paro recién separados
comprando todo el rato cocaína-
no quieren ni mirarme / este cojo
fantasma de las vacaciones fu
turas bebe
y calla
cuando empecé con la droga veía a mi padre
detrás de todo el humo detrás de todo el polvo
advirtiéndome de los riesgos de una vida sin esfuerzo
y de no llegar a nada/ me imagino cuánto daño
te hizo oír por el barrio que yo consumía
y cuánto y con quién y con qué me lo pagaba
y a quiénes les debía / tuve que irme
y luego -muchos años después- en un párking
volví a encontrarme contigo papá y ya andaba
tan jodido que ni me reconociste
pero yo a ti sí / qué viejo estabas y qué frágil
y también tu coche de siempre ya hecho mierda
y casi no pudiste con el paquete
de doce cartones de leche des
natada de oferta
y casi me acerco a ayudarte
te pero no
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