ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


lunes, 16 de diciembre de 2019

"Tengo el país que me merezco" en UN POEMA CADA SEMANA

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El blog UN POEMA CADA SEMANA, ya una referencia para docentes, selecciona versos y prepara actividades a partir de ellos. 


COMENTARIO: El humor como herramienta para descubrir una realidad compleja, parece un buen recurso para acercarse a la lectura de poemas. No creo que sea casual que Víctor Peña Dacosta siga ejerciendo de profesor y que su poesía sencilla, desprejuiciada y libre, pueda servirnos para hacer atractivo el mundo de los versos al alumnado. En cualquier caso, el poeta juega al desconcierto y hablando de situaciones tan peregrinas o alejadas de los temas típicos de la poesía como el fútbol, nos sumerge en una historia mucho más cruel y despiadada. Un repaso a vuelapluma por aspectos poco agradables de nuestra historia.
Si algún lector encuentra en este poema posiciones poco fundamentadas, cuando no sesgadas, puede tener razón. Pero parte del acierto del poema se halla precisamente, bajo nuestro punto de vista, en su contemporaneidad, en su modo de presentar lo que quiere decir. Parece que reproduce una parte de una conversación cualquiera en las redes sociales o en cualquier debate televisivo: tótum revolútum. Mucha víscera, mucha gratuidad también, mucho sarcasmo y, sin embargo, verdades como puños que dejan al lector besando la lona después de su lectura. Porque el retrato que hace de la España más reciente es demoledor, escalofriante. Pone en primer lugar de prioridades al fútbol y sus derivas sin sentido, pero lo hace para luego llegar a su visión de lo que es España bajo su punto de vista. Y ahí su posición no se esconde en vana palabrería. Más bien muestra una posición dura y sin contemplaciones, radical. Radical, en el sentido de esclarecer las raíces del lenguaje para posicionarse vital o existencialmente ante los acontecimientos pasados o presentes.
Ese compromiso con el mundo que nos rodea resulta necesario hoy más que nunca. Aunque seas poeta, aunque seas profesor. Necesitamos llamar a las cosas por su nombre, sin cortapisas, sin miedo, sin medias tintas. Y denunciar la falta de escrúpulos por intereses espurios o egoístas, como en el caso de Dalí frente a la muerte de Lorca; o para recordar la historia universal de la infamia que recorre la historia de nuestro país, como en el caso de Galdós; o para reivindicar otra manera menos grosera de eliminar a los que verdaderamente aportan algo a nuestra cultura (Cernuda, Gil de Biedma y muchos otros frente al insulto fácil y chabacano de los mediocres). Sospecho que con un profesor así sus alumnos, y los que lo conozcan en persona -o en las redes-, se lo pasarán en grande. Y eso, en los tiempos grises que corren es de agradecer. Nosotros desde aquí lo agradecemos infinito y soñamos con ser, alguna vez, alumno de Víctor Peña Dacosta.

Gracias al gran Antonio Martín Flores por tan generosa y didáctica lectura y ánimo a los alumnos que tengan que abordar los ejercicios sobre versos tan poco espirituales.

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