Qué lugar podríamos ser. El tiempo es también un sitio: hubo años en que vivimos dos primaveras, se nos llenó la casa de los que no están; asumimos abandonos, encuentros, diagnósticos, naufragios, quizá vino un bebé, escribimos un libro, editamos otro. Víctor Peña Dacosta (una de las personas más inteligentes, ácidas, irónicas, brillantes y divertidas que conozco) hizo esas tres últimas cosas. Las dos últimas, enteras. En lo del hijo, ayudó un poco a la traductora María López Ponz, que se ocupó, realmente, de todo el trabajo. Él presenta Diáspora: Poetas extremeños en el ‘exilio’ (1955-1993), a las siete de esta tarde en el Ateneo de Cáceres.
Diáspora es una antología de poetas extremeños que ya no viven aquí. Él también se largó. «Tener raíces quizá sea la necesidad más importante y menos reconocida del alma humana», decía Simone Weil.
ARREBATOS ALÍRICOS
Me fui sobreviviendo como pude
(José Luis Piquero)
domingo, 5 de enero de 2020
Olga Ayuso escribe sobre exilios, diásporas y centrifugados.
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