A veces hay que hacer lo que hay que hacer. Actuar con sentido común. Distinguir las cosas menores de las mayores. La segunda ya tal. No olvidar que, antes que nada, somos sentimientos y tenemos personas. ¿Y la europea? It´s very difficult todo esto.
Somos el Murcia, el equipo de la séptima ciudad más poblada de España, el equipo al que siempre le han reprochado su incumplimiento del silogismo fácil: la séptima ciudad merece el séptimo puesto en Primera División, lógicamente, así que dame el séptimo puesto en Primera, por qué no me lo das. La estadística de todos los camareros de la ciudad que se han encogido de hombros cuando les hemos pedido que pusieran un partido del Murcia por la tele, esa estadística no se tiene en cuenta. La estadística de bares a los que se les terminan cayendo los banderines del Murcia que tuvieron un día colgados, si que alguna vez los colgaron, esa estadística no se vocifera. La estadística de que el más bajo porcentaje de los 440.000 quiere a su Real Murcia, y la estadística de que, en cambio, el más alto porcentaje de esa cifra no quiere a su Real Murcia, esos datos no los mencionan los radicales de la equivalencia séptima-séptima (...). Murcia siempre se ha cruzado de brazos y ha mirado impaciente, esperando la Primera desde la obsesión. El Murcia, por su parte, se ha especializado en ofrecerle Segunda. Y sí,somos de Segunda, pero somos la mejor Segunda: nadie tantas veces en esa categoría, 53 temporadas, y nadie tantas veces campeón de Segunda, 8 veces. (...) La mirada natural del Murcia es una mirada hacia Primera, desde la Segunda o incluso desde más abajo. La máxima categoría siempre se ha sentido observada por nosotros. Por eso puedo decir que mi equipo comparte la mirada de su ninguneada tierra: la mirada hacia el escalón más alto. Llegar un día a ese escalón y quedarnos y no bajarlo ya. Jamás dejaremos de mirar. (...) Es probable que tanta contrariedad hay sido, en el fondo, la mejor educación posible para ellos, el mejor invernadero. Como el hijo de Miguel Hernández, nuestros pequeños murcianistas se han alimentado casi exclusivamente de pan y cebolla, es decir, de decepciones, y por eso ya ninguna dieta les asustará en el futuro. Solo pan y cebolla para ellos, sí, pero misteriosamente están sanos, han encontrado nutrientes. Ellos son matojos del desierto creciendo orgullosos sin agua. En cada patio de Murcia tenemos al menos un par de pequeños apóstoles: ya cuando persiguen un balón vestidos de grana están predicando. (...) Será puesto en sus labios un cántico nuevo. Ellos sí verán al Murcia ganar en Albacete. Ellos verán al Murcia dejarse atrás a sí mismo.
VISITA INESPERADA No vengas, Inspiración, esta mañana golpeando a mi puerta. No quiero verte derribando mis templos. Debo terminar lo que estoy haciendo: lavarme los dientes, poner café, estudiar un rato mis oposiciones, reordenar un poco las esquinas de mi vida, llenas de mugre, de recuerdos tiernos, pero inútiles. No vengas a despertarme temprano, no digas toma, escribe, aquí tienes tu mejor poema. Si te acercas ahora por mi cuarto, te echaré por la ventana. Hoy no tengo cuerpo para la poesía. Y, sin embargo, en este antepenúltimo verso comienzo, inquieto, a escuchar tu risa. Mira que llegas a ser puta, amiga mía.
POÉTICA
Leer un poema cojonudo,
de esos que te desordenan
las tres o cuatro verdades del día.
Querer envolverlo,
emularlo,
rumiarlo.
Y después de muchas vueltas,
conformarte
con lo poco
que has dejado escrito.
Y rezar un tanto
para que los demás
no noten
el jodido fraude.
VENTANA DE EMERGENCIAS
Amanecer es una ventana de emergencias.
JAVIER FIGUEREDO
Ventana de emergencias
para cuando el mundo se equivoque.
Amaneceres como bombonas de oxígeno
para incondicionales apneicos.
Si no fuera por ellos.
Si no fuera por ellas.
NUNCA busques supervivientes entre las ruinas. Podrías encontrar a quien menos te lo esperes. A ti mismo, por poner un ejemplo.
HACÍAMOS equilibrios sobre cráteres
los domingos por la tarde,
mientras comíamos palomitas
y nos untábamos los dedos de besos.
Hablábamos de ayer y de fútbol
de lo que no regresará,
que es el porvenir.
El lunes era el abismo,
el lugar maldito,
la cola del paro que nos aguardaba
al final del precipicio,
mientras nos preguntábamos
qué habría tras el cráter,
cómo sería dejarse caer
y ya.
DISNEYLANDIA
Cuando regreso del trabajo, ya estás despierta.
Mientras te duchas, preparo el desayuno.
Después te vas al trabajo, y yo me acuesto.
Pero antes me gusta que me arropes y me des un beso
que nunca sabemos si es de buenos días o buenas noches.
Cuando alguien nos habla de tener niños, reímos al unísono,
ante la mirada atónita de los detectives privados de turno.
Queréis Disneylandia, pero Disneylandia no existe.
LA ESPERANZA Lo peor que no desaparece del todo. Y como mala hierba con el buen tiempo siempre vuelve a despuntar. Tanta mierda y precisamente eso mismo su mejor sustento.
Por suerte, "La manada" sigue dejando su rastro por los medios. Y digo por suerte porque eso significa que tanto la fiscalía como la víctima (sin duda, una valiente) van a recurrir la sentencia.
Es un caso muy importante, que está dejando al descubierto el funcionamiento del sistema judicial, de los medios de comunicación y de ciertos grupos de Whatsapp de "hombres". Ojalá, insisto, este debate se asiente en nuestras conversaciones, redes y medios, porque eso significará que continúa la protesta contra la sentencia y que los intentos de webs de acosadores como Forocoches no han conseguido el objetivo de amilanar a la víctima ni los cipotudos victimistas tampoco han logrado imponer su paranoia acerca del peligro del feminismo hacia todo lo establecido.
Sin embargo, siempre que he podido me he referido al conocido grupo de amigos sevillanos como "La Piara" y, a falta de otro mejor, sugiero que lo usemos como sustituto. Eso nos permitirá recordar que una manada puede ser un grupo de amigos o amigas muy unidas, sin necesidad de connotaciones repulsivas. O también que fue (y es) el título de una preciosa canción y de un gran disco de Ariel Rot, por cuya elección ha llegado a pedir perdón, a pesar de que, como decimos, no tiene por qué remitir a un grupo de abusadores machistas y, en cambio, contiene, sin duda, una de sus mejores canciones:
Pero, sobre todo, que, como reivindica el movimiento feminista "La manada sois vosotras". Y para no olvidarlo vaya este poema de Ana Pérez Cañamares:
–Eres su viva imagen, Me decían sin sospechar entonces que esas cuatro palabras iban a ser ahora mi condena. No tengo dónde huir, dónde esconderme: sus ojos están dentro de mis ojos; su apellido en el mío como el nombre de un barco en el fondo del mar. Lo que ayer fue mi casa, es la guarida de los tiburones. Tú estabas a mi lado y me has visto nadar en ríos de veneno; has visto lágrimas que eran cristales rotos, una lluvia de espinas, cicatrices de agua que cruzaba la piel. Miro su alianza de oro en mi dedo y su rostro tallado sobre el mío, mientas la vida sigue, el aire mueve los árboles o el sol ilumina su casa lo mismo que si no estuviera vacía. El tiempo sólo cura aquello que se puede sustituir y yo no siento nada que no sintiese antes cualquiera en cuyas venas ha bebido la muerte: la grieta de la angustia, la plaga de los verbos en pasado; los recuerdos que buscan su lugar en la vida. Es tan raro saber que no volveré a verla y los demás seguiremos entrando en restaurantes, cines, supermercados, estaciones de tren... Que no volveré a oír su voz pero a las nueve será otra vez la hora de la cena, los fines de semana iré al estadio, mi coche rodará por la autopista que ella escuchaba desde su jardín... Pienso en su dios cruel, el dueño del dolor y la mentira, el cínico dice: –Yo te destruyo para que descanses en paz. Y ojalá fuese cierto lo que nunca he creído y ella viera la soledad que deja, cómo la echo de menos; cuánto me va a faltar; lo que daría por volverla a tener una vez más aquí, un día más, tan sólo. La mía es la tristeza del cobarde que reúne para seguir en pie el valor que no tuvo para ver la caída de aquello que más quiso. No tengo que explicártelo. Tú estabas con nosotros y conoces el dolor sin refugios, las sábanas que acechan el cuerpo del herido; conoces el enjambre feroz de las agujas, las noches que no acaban cuando sale el sol. Quien lo sabía todo de mí se ha llevado el secreto a la tumba, me he convertido en un desconocido: el hombre que perdió el rastro de su sangre; que se ha vuelto una sombra; que no tiene a quién preguntar por él. Ahora que mi madre ya no está –si eso es cierto, si hoy no va a resolver un crucigrama, ni a mirar los concursos de la televisión como todas las tardes; si ha caído en un sueño eterno del que nunca vamos a despertar–, guardaré sus palabras, custodiaré sus huellas; y jamás voy a darla por perdida: la memoria es el margen de error del olvido. Le gustaban la nieve, los gatos, la familia; el fuego, cocinar, los cumpleaños, llorar con las películas románticas; encender velas en las catedrales. Le asustaban los médicos, las llamadas nocturnas, las tormentas, el frío, los reptiles... Antes de las sirenas y las radiografías, el miedo blanco de las ambulancias, sus labios devorados lentamente por la carcoma de las oraciones. Antes de los engaños piadosos, el fuego amigo de las medicinas, el esqueleto abriéndose paso hacia la luz. Cómo puedo escribir lo inexplicable, lo que no tiene nombre, lo que todos callamos porque la vida sigue y junto al cementerio hay tiendas y mercados, jóvenes que adelantan con sus motocicletas a los furgones fúnebres, y avanzamos de espaldas a lo que nos espera y llamamos silencio a todo lo que nadie quiere oír. Le gustaban las fiestas, los océanos y creer que su dios no le daba los golpes sino la fuerza para soportarlos. Temía la vejez y al abandono: pensaba que la forma más triste de marcharse es no tener a alguien que te diga adiós. La imagino en la época en que yo no existía, haciendo cosas que nunca le vi hacer: enamorarse, bailar, romper las reglas, ser feliz; y a veces me pregunto si fue siempre la misma mujer que conocíamos, tuvo tan claras sus obligaciones, dónde estaba su sitio, de qué infiernos no era decente escapar. Le gustaba que habláramos de su salud, del clima, de su infancia en los años de la Guerra Civil. Le asustaban los cambios y las banderas rojas, la libertad y el paso de los días. Antes de la morfina y el delirio, de que fuera quedándose sin caminos de vuelta, sin puentes que cruzar, sin esperanza. No sé cómo explicarlo: los recuerdos te siguen; pero cuando te vuelves, nunca están ahí. Ahora que ya se ha ido, sólo será posible querernos a escondidas, fingir ante los otros que no me habla por dentro, que todo ha terminado entre los dos. Las cosas no se pierden cuando desaparecen, sino cuando las dejas de buscar. Miro su anillo; miro sus fotos y soy yo: puedo ver nuestra cara, nuestras manos... Y eso que era mi orgullo, ahora es mi condena: ser hoy que ya no está su viva imagen, ser su eco, su huella el fantasma de María Ángeles Prado, la mujer de mi vida.
974310439 Quien me trajo al mundo se ha ido hoy del mundo. Ella, que me llamaba a todas horas, para saber de mí. Lo mal que la traté y lo mal que nos tratamos, aun queriéndonos tanto; y lo poco que supiste de mi vida en los últimos tiempos, ocultándote lo mal que me iba en mi matrimonio y en todas partes y tú sabiéndolo, porque, al fin, todo lo sabías, me veías beber esos licores fuertes, me veías esa sed tan rara, esa sed tan desconocida para ti, que tanto te asustaba y tanto temías. Ya nadie me llamará, tan obsesivamente, para saber si estoy vivo y a quién le importará si estoy vivo o muerto; yo te lo diré: a nadie. De modo que el gran secreto era éste: ya estoy completamente desamparado, arrodillado para la decapitación, para el anhelado adiós de este cuerpo, de esta existencia meramente social y vecinal que lleva mi nombre, nuestro nombre. No volveré a ver nunca tu número de teléfono en la pantalla de mi teléfono móvil; tú, que te quejabas de que no tenías uno, de que yo no te regalara uno, te juro que no hubieras sabido hacerlo funcionar, lo habrías tirado por la ventana, como yo haré con el mío esta noche del supremo delirio. Porque eras un número de teléfono, cincuenta años en ese número encerrados: nueve siete cuatro, treinta y uno, cero, cuatro, tres, nueve. Márcalo ahora, márcalo si tienes valor y te contestarán todos los misterios inconmensurables: el tiempo y la nada, la ira roja de los peores huracanes celestiales, la árida y blanca nada convertida en una mano negra. Daba igual dónde estuviera: podía estar en América o en Oriente, tú llamabas, tú llamabas a tu hijo siempre porque yo era Dios para ti, un Dios fuera de la ley, poderoso y sagrado, lo único real y suficiente, siempre tu hijo fuera de todo orden, siempre reinando, porque todo cuanto yo hacía e hice recibió tu larga aprobación, cuya moralidad no es de este mundo. Sabedlo. Tú, que me amabas hasta la desesperación. Tú, que derramaste sangre por mí y por mi discutible y oscura vida, llena de liturgias cuyo sentido tú desconocías, y hacías bien, pues nada había que conocer, como finalmente he acabado sabiendo, igualado en ese conocimiento al más sabio de los hombres. Y ahora, otra vez camino del Crematorio, como ya escribí en un poema con ese título, en el que hablaba de tu marido, mi padre, a quien también quemamos, unos mil grados alcanzan esos hornos. Mi gran padre, del que tú te enamoraste —vete a saber por qué— en mil novecientos cincuenta y nueve, y a quién demonios le importa ya sino a mí, el que siempre os quiso tanto y os querrá hasta el último minuto del mundo. Te di un beso en la santa frente helada un domingo por la mañana de un veinticuatro de mayo del año dos mil catorce, lloviendo, en una primavera inesperadamente fría, mientras una máquina sofisticada introducía tu caja barata —mira que somos pobres— en el fuego final, al que mi hermano y yo te condujimos. Sentí tu frente antigua y acabada en mis labios antiguos y acabados, pero aún conscientes los míos; los tuyos, venturosamente, no. Nunca pensé que el sentimiento final fuera este: la envidia que me diste, la codicia de tu muerte, codiciando tu muerte, porque me dejabas aquí, completamente solo por primera vez un nuestra larga historia de amor, y solo para siempre. Y recuerdo ahora a todas aquellas mujeres que querían acostarse conmigo, hacer el amor conmigo, y eso acabó siendo mi vida, cuando yo solo quería estar contigo para siempre. Vaya, mamá, no sabía que te quería tanto. Tú sí que lo sabías, porque siempre lo supiste todo. Qué bien que todo haya acabado, en una culpable tarde de primavera en donde comienza el mundo, en donde para ti acaba el mundo, en donde para mí ni acaba ni comienza sino que persiste involuntariamente. Qué bien este silencio omnipotente, aquí, en Barbastro, donde fuimos madre e hijo, por los siglos de los siglos. Aquí, en Barbastro, en ese sitio tan nuestro, tan escuetamente nuestro: todo ocurrió aquí, en estas calles. Todo lo recuerdo, y todo lo recordaré. Te amo, finalmente. Como no he amado a nadie: todas fueron tu réplica. Ah, se me olvidaba: podías haber dejado algo para pagar tu entierro, no sabes lo mal que me va y lo pobre que soy, mira que fuiste manirrota y derrochadora, y lo que vale el ataúd más económica, como dicen ellos, los caballeros dulces de la funeraria. Mira que fuimos pobres y desgraciados tú y yo, ma mère, en esta España de granes hijosdeputa enriquecidos hasta la abominación. Y aun así, pobres como ratas tú y yo, mantuvimos el tipo, como dos enamorados. Qué bien. Qué hermoso. Cuánto te quiero o te quise, ya no sé, y a quién le importa, desde luego no a la Historia de España, nuestro país, si es que sabías cómo se llamaba la solemne nada histórica en que vivimos papá, tú y yo.
No
sé qué llegó primero: la imitación de Martes y Trece (junto a un más que
flexible Jesús Hermida) o la propia Gloria Fuertes recitando con su inimitable voz
ronca en programas infantiles hoy del todo inconcebibles. Sí sé que esa imagen inocente,
disparatada, naíf y parodiable prevaleció mucho tiempo en mi mente, probablemente
demasiado, quizá hasta un recital cuando ya daba mis primeros pasos de supuesto
“enterado” en el mundo literario. El poeta (y, sin embargo, amigo) Víctor
Martín Iglesias reivindicó su figura y yo, tarde y mal pero con (justificados)
complejo de inferioridad y mala conciencia, tomé buena nota y compré y devoré
varios de sus libros, primero con asombro, después con devoción y, desde
entonces, hasta ahora, con fidelidad.
Fue
antes de coincidir con Nacho Gallardo como tutor de prácticas impuesto, maestro
elegido y, a pesar de todo, especialmente, amigo en el IES Chaves Nogales de
Sevilla. Allí, entre otras de similar pelaje, establecimos la mala costumbre de
prestarnos e, incluso, regalarnos libros. Pronto esos intercambios se tiñeron
de Gloria, con la antología (de “poemas y vida”) de Blackie Books y reediciones
oportunas de poemas eternos de amor pasajero.
Cuando
yo ya había abandonado el centro rumbo a otras latitudes, fue idea de Nacho,
como siempre, hacer el Proyecto Poemas Fuertes y mía la suerte de que, además
de incluir a Diego Bernal, un magnífico profesor que, en estos tiempos de
oportunistas y chaqueteros, de verdad aplica las nuevas metodologías con
esfuerzo, tesón, sapiencia y acierto, decidiera también contar conmigo. Desde
entonces, el Proyecto Poemas Fuertes me ha servido para conocer mejor a una
autora fundamental y, sobre todo, para potenciar la creatividad de mis alumnos
y contribuir, aunque sea mínimamente, a defender causas tan viejas y tan
necesarias como el feminismo, la diversidad sexual, el antibelicismo o el siempre
conveniente replanteamiento de cánones establecidos.
Poco
se puede añadir a un Proyecto del que me enorgullece formar, aunque sea, una
mínima parte testimonial y esporádica: pueden ver la magnífica web creada para
gloria de Fuertes, disfrutar de su accesibilidad, variedad y claridad. Como
digo, a mí no se me ocurre cómo mejorarlo y, además de sacar pecho cuando
puedo, solo intento disfrutarlo como usuario y aprovecharlo como profesor.
Personalmente,
lo que más me ha conmovido ha sido el sentido estricto del aprendizaje
colaborativo. He aprendido mucho de mis compañeros Nacho y Diego y también de
las interacciones con algunos lectores y alumnos del proyecto. Por ejemplo, la escritora
Ana Pérez Cañamares, después de mostrarse encantada con el Proyecto, nos
recomendó que sería preferible incluir más definiciones de autoras en el
epígrafe “¿Qué es poesía?” y eso derivó en una ardua búsqueda en redes
compaginado con entrevistas a varias decenas de autores contemporáneos que
también aportaron su granito de arena al proyecto. Cada poeta nos derivaba a
otro, quien a su vez preguntaba por la posible poética de un tercero, citaba a
un clásico o reivindicaba a una autora olvidada. Es decir, hemos recordado,
recuperado y provocado reflexiones sobre el trabajo literario que, ojalá,
quedarán para la posteridad.
También
“Poemas Fuertes” me ha descubierto caras insospechadas de mí mismo y de mi
trabajo. Primero, me ha permitido saciar una vieja obsesión desde que empecé a
dedicarme a la docencia: conseguir explicar recursos estilísticos de forma
práctica y, creo, efectiva. Pero, sobre todo, me ha hecho ver lo
afortunadamente equivocado que estaba. Y es que no consideraba que fuera
posible explicar satisfactoriamente contenidos tan complejos a niños tan
pequeños pero me ha maravillado su capacidad para asimilar conceptos como la
metaliteratura, el humor dentro de la poesía, las vanguardias o la
introspección en las distintas caras de su propia personalidad: admito que no
pensaba que alumnos de 2º de ESO iban a inventar heterónimos con distintos
estilos y dispar idiosincrasia: pero Pessoa vive; la lucha sigue.
Al
final, la literatura más inspiradora es aquella que te ayuda a derribar
prejuicios, te quita las tonterías y te mueve a escribir. Sin duda, los versos
de Gloria han hecho que miles de jóvenes empuñen lápices, bolis o, más
recientemente, portátiles, laptops y móviles. Lo he visto en pupitres delante
de mis ojos mientras yo mismo empezaba a intentar dar forma a mi propio
“Profe(ta) de guardia”.
Por
último, cometí el error de considerar a Gloria Fuertes una autora “infantil” y
me perdí durante demasiado tiempo sus versos. Curiosamente, este proyecto,
emprendido cuando ya admiraba su obra “para adultos” me ha hecho valorar
también su poesía “para niños” y, con ella la literatura infantil y juvenil auténtica:
cualquiera que haya estado con audiencias jóvenes sabe lo difícil que es
conectar con ellos; cualquiera que haya probado con esos poemas sabe que tiene
mucho ganado.
Tantos
años para aprender al final que Gloria Fuertes fue inimitable desde el
principio.
A continuación, dejo algunas de las definiciones de poesía de autores clásicos (consultadas por los alumnos) o de los poetas actuales que tuvieron a bien colaborar en el Proyecto Poemas Fuertes. A todos ellos, gracias poéticas:
POESÍA SON ELL@S
(Partimos
de una aseveración de Lord Henry, el más cínico de los personajes del Retrato
de Dorian Gray: «Definir es limitar»).
MARÍA
MOLINER:
Es el aspecto bello emotivo de
las cosas, se basa en imágenes sutiles evocadas por la imaginación y por el
lenguaje a la vez sugestivo y musical, generalmente sometido a la disciplina
del verso.
AIMÉE
G. BOLAÑOS:
La poesía es amor que medita.
ANTONIO
MACHADO:
La poesía es palabra en el
tiempo.
JOSÉ
ORTEGA Y GASSET
El síntoma de un gran poeta es contarnos
algo que nadie nos había contado, pero que no es nuevo para nosotros. Se diría
que llevamos dentro, inadvertida, toda futura poesía, y que el poeta, al
llegar, no hace más que subrayarnos, destacar a nuestros ojos lo que ya
poseemos. Ello es que el descubrimiento lírico tiene para nosotros un sabor de
reminiscencia, de cosa que supimos y habíamos olvidado. Todo gran poeta… nos
plagia.
OLIVERIO
GIRONDO
La poesía siempre es lo otro,
aquello que todos ignoran hasta que lo descubre un verdadero poeta.
RALPH
WALDO EMERSON
El lenguaje es poesía fosilizada.
VICENTE
HUIDOBRO
Un poema es una cosa que será.
Un poema es una cosa que nunca es, pero que
debiera ser.
Un poema es una cosa que nunca ha
sido, que nunca podrá ser.
ROBERTO
JUARROZ
No se trata de hablar, no se
trata de callar: se trata de abrir algo entre la palabra y el silencio.
MARIANNE
MOORE
WISLAWA
SZYMBORSKA
¡Uf! Conocemos al menos
quinientas definiciones de otros, pero ninguna nos parece lo suficientemente
precisa y amplia a la vez. Todas ellas expresan el gusto de su época. Nuestro
natural escepticismo nos impide intentar definirla de nuevo. Pero recordamos un
bonito aforismo de Carl Sandburg: 'La poesía es un diario escrito por un animal
marino que vive en la tierra y que quiere volar por los aires'. ¿Le sirve, de
momento?
DIOTIMA
DE MANTINEA
(discutiendo con Sócrates)
“Ya sabes que la palabra poesía
tiene numerosas acepciones, y expresa en general la causa que hace que una
cosa, sea la que quiera, pase del no-ser al ser, de suerte que todas las obras
de todas las artes son poesía, y que todos los artistas y todos los obreros son
poetas”.
RAÚL
ZURITA
La poesía es anterior a la
escritura y sobrevivirá a su fin tomando distintas formas.
VICENTE
ALEIXANDRE
Al poeta valenciano, nacido en
1898 e identificado con la Generación del 27, Siles le atribuye "una de
las mejores” definiciones de poesía, y la reproduce: "Fuente de amor,
fuente de conocimiento; fuente de descubrimiento; fuente de verdad, fuente de
consuelo; fuente de esperanza, fuente de sed, fuente de vida.
DANIEL
FERREIRA
Déjenme que les explique: una de
las dos mejores definiciones de poesía, la más inasible, flexible y general, la
encontré en Stevens Wallace, y dice así: La poesía es el tema del poema.
La más poética, en el último
premio Cervantes, Juan Gelmman, y dice así: un árbol sin hojas que da sombra.
En ambos casos, dense cuenta, la
poesía no es el poema. Ni está contenida en los libros de poemas. Ni está hecha
por poetas.
Ni sirve para nada de nada.
La poesía está a la zaga del
camino. Los poetas se extinguieron como los dinosaurios. La poesía como se
entiende hoy es un camino bifurcado: a la derecha los réprobos, a la izquierda
los lisiados. Los verdaderos poetas son aquellos que le dieron la espalda a ese
camino.
GABRIEL
CELAYA
La poesía es un arma cargada de
futuro.
ANA
PÉREZ CAÑAMARES
La poesía es una declaración de
(inter)dependencia.
La poesía es un alma cargada de
pasado.
La poesía no consigue derrocar al
emperador; pero nos recuerda que está desnudo. Y gracias a ella los emperadores
ya no tienen poder en nuestras conciencias.
La poesía, no importa si breve,
es lo contrario a la prisa.
La poesía es tejer después de
desenmarañar los hilos.
La poesía es la ciencia que
estudia lo inexacto.
La poesía es la trinchera donde
cultivamos flores.
La poesía es un periódico de hoja
perenne.
La poesía es lo que sangran los
poetas cuando se hartan de morderse la lengua.
La poesía es rascarse una picazón
del alma.
La poesía es el camino que nos
lleva hasta donde el enemigo se ha infiltrado dentro de nosotros y que nos
permite descubrir cómo matarlo sin matarnos.
La poesía es un vicio reconvertido
en servicio público.
La poesía es llenar el mundo de
flechitas.
La poesía da constancia del
fracaso de los números a la hora de medirnos, a la hora de contarnos.
La poesía consiste en ensanchar
el yo hasta que se convierte en un nosotros.
INMA
LUNA
La poesía es la palabra rilando
al borde del barranco, la conmoción; el lenguaje de lo que inquieta, el que
desvela lo que late debajo de la piedra o el impulso mismo de la piedra que
será lanzada.
BALLERINA VARGAS TINAJERO
La poesía es un espejo y una brújula: es reconocerte y descubrirte al mismo tiempo; un buen poema debe elevarse como una pluma en el viento y caer a plomo sobre el alma.
BEN
CLARK
La poesía es vida destilada. Es
intentar sacar algo en claro del caos de emociones y convulsiones que hemos
llamado, por convenio, vida.
Hay una definición del poeta
irlandés Paul Muldoon (Premio Pulitzer de Poesía 2003) que me parece la mejor
que he escuchado y es la que procuro repetirle a mis alumnos en mis talleres de
poesía. Es, en realidad, la definición de lo que es un poema:
"Un poema es una respuesta a
una pregunta que sólo el poema ha formulado." Es una definición que habla
de dos cosas: del proceso de construcción de un poema y también del misterio de
la poesía. Me parece bastante insuperable.
EVA
VAZ
¿Qué es Poesía? La expresión más
estética de la esencia del hombre o mujer. Una forma de Metafísica y una
terapia. También me siento identificada con la definición de Rober Frost: “Escribir
un poema es descubrir”.
ITZIARMÍNGUEZ-ARNÁIZ
¿Qué es poesía? Escribí en mi
libro ‘QWERTY’ , precisamente en un poema que se titula ¿Qué es poesía?, una
definición de poesía que me sirve en la vida real:Eso que alimenta mi espíritu/ mientras mi
madre/ me llena la nevera.
También me siento muy
identificada con la definición que hizo Juan Ramón Jiménez, creo que era sobre
su libro Animal de fondo pero es
aplicable a la poesía en general: “La poesía es el encuentro después del
hallazgo”.
BERTA
GARCÍA FAET
La poesía como la magia del azar
que cuaja en necesidad.
SOPHIA
DE MELLO
La poesía es mi explicación del
universo, mi convivencia con las cosas, mi participación en lo real, mi
encuentro con las voces y las imágenes. Por eso el poema no habla de una vida
ideal sino de una vida concreta: ángulo de la ventana, eco de las calles, de
las ciudades y de los cuartos, sombras de las paredes, aparición de los
rostros, silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración de la
noche, perfume de los tilos y del orégano(...) Y es que la poesía-sigue
diciendo- no es una exigencia de especialización...sino la entereza del propio
ser, una conciencia más profunda que la inteligencia, una fidelidad sin
límites.
Me pide que viva atenta como una
antena, me pide que viva siempre, que nunca me olvide. Me pide una obstinación
sin treguas, densa y compacta.
MINA LOY
La poesía es prosa embrujada, una música hecha de pensamientos visuales, el sonido de una idea.
OLGA
BERNARD
Definir la poesía es, como la
propia palabra indica, ponerle una especie de final.Toda definición pretende delimitar la
realidad (algo muy conveniente para entender el mundo y tal vez sentir un
cierto espejismo de seguridad) y también aspira a dotar de un contenido más o
menos concluyente a esa parcelación. Necesitamos fraccionar la realidad y
atarla a unas cuantas palabras y a su significado. Pero la poesía no es una
realidad manejable, no se deja domesticar ni por la historia, ni por la
tradición ni por la modernidad. Pese a todo, está viva y sigue siendo
misteriosa. De todas formas, quien quiera definirla, que lo intente. No tengo
nada en contra. Hace poco tiempo comencé a leer a un autor ya medio olvidado y
al que yo apenas conocía: José Luis Hidalgo .Dos de sus versos dicen: “Soy el
poeta. Me pregunto:/¿qué es lo que anoche sentí arder?” Imagino que quien
pretenda definir la poesía se creerá capacitado para responderle. Yo, no. Creo
que el poeta “hace” poesía, las definiciones son para los que hacen, si acaso,
libros de texto. Puede tener un cierto fin didáctico; sin embargo, si nos
ponemos a pensar un poco más profundamente, vemos que la poesía está mucho más
allá. Cuanto más queremos definirla más se nos escapa y más vallas deberemos
saltar para alcanzarla. Yo a lo que aspiro es a sentirla alguna vez, con el
corazón y con la cabeza pero, a ser posible, sin aspavientos y sin meterme en
lo que no me importa.
DAFNE
BENJUMEA
La poesía es un estallido
eléctrico, sorpresa de árbol, creencia. También me siento identificada con la
definición de Vicente Huidobro: «La poesía es un atentado celeste».
MARÍA
AUXILIADORA ALVÁREZ
“Un animal manso extenso huele a
aguas estancadas"
JUAN
LARREA
Poesía es esto y esto y esto.
NICANOR
PARRA
Todo es poesía menos la poesía.
JOSÉ
EMILIO PACHECO
¿Una definición de poesía? No
tengo, lo siento. Yo escribo porque me pasa algo. Un epigrama griego dice que
la poesía es pintura que habla y la pintura, poesía del silencio. Antes decía
yo que todo conspira contra ella, pero la poesía está en el propio lenguaje.
Basta pensar en lo que preguntan los niños. Cosas como: ¿A dónde van los días
que pasan?
JOSÉ
MARÍA CUMBREÑO
La mejor definición de poesía que
conozco es esta cita:
“Todo lo que sé se reduce al
ping-pong. Me limito a pegarle a la pelota desde este lado de la mesa y
mandarla al otro lado”.
(Zhuang Zedong, tres
veces campeón del mundo de tenis de mesa)
ELENA
MEDEL
La poesía es el espacio del
juego. (…) Pocas disciplinas artísticas cuentan con una presencia tan fuerte y
real en nuestro día a día, y a la vez están rodeadas de un halo de prejuicio y
de desconocimiento, como la poesía. Puede que no leas poesía, pero la poesía te
rodea: en las canciones que escuchas en la radio, en los anuncios de YouTube.
La poesía se originó en la palabra oral y compartida, alimentada generación a
generación, cobijando al resto de géneros: saltó a los libros, pero hoy
continúa también fuera de ellos, como en su nacimiento.
JAVIER
EGEA
porque
a pesar de todo, nos hicimos amigos
y me mantengo firme gracias a ti, poesía,
pequeño pueblo en armas contra la soledad
ANA
LLURBA
Supongo que una especie de sesión
espiritista en la que las tradiciones y genealogías que me interesan
"hablan" a través de mí. Me siento identificada con una definición de
la poesía que le reste importancia al autor, al genio y todo atisbo de romanticismo,
además de que generalice la poesía como algo que no está en un poema, si no que
asume esa forma como en una especie de suplantación moméntanea de cuerpos. La
poesía habita en otros lenguajes como el arte, la música y otros géneros, como
la novela(ese cajón de sastre donde
entra todo).
ALMUDENA
GUZMÁN
¿Qué es la poesía? Una
comunicación "vis a vis" de tu corazón con el corazón de los demás.
ROCÍO
ACEBAL
La poesía para mí es una forma de
expresión basada en la precisión y la belleza. Más allá de definiciones
estilísticas o de forma, creo que lo fundamental de la poesía es su capacidad
para canalizar la realidad de la forma más fiel a la verdad (incluso dentro de
la ficción) y, consecuentemente, me siento cómoda en la poesía que navega con
esos dos pilares para lograr una "hermosa claridad".
RAQUEL
LANSEROS
La poesía es el territorio
absoluto de la libertad.
NOELIA
ILLÁN CONESA
Siempre me ha gustado aquello que
dijo José María Álvarez en el homenaje a Ezra Pound, en Venezia, sobre el Arte
y la poesía: “Hemos aprendido que ser poeta es un destino –si cabe la elección–
sumamente azaroso y arriesgado. Hemos aprendido a alimentar nuestra soledad y a
convertirla en invulnerable. Hemos aprendido que las situaciones a que el
hombre se ve sometido son pasajeras, y el Arte, no. Hemos aprendido que la
primera condición de la Poesía es la libertad, la independencia y la defensa e
incremento del legado cultural de la humanidad.”
Para mí en cierto modo la poesía
ha de ser algo sagrado, invulnerable, que soporte con orgullo el paso del
tiempo. Creo que la palabra es algo muy importante y de ninguna manera ha de
desdeñarse ni burlarse de ella. La poesía es algo muy serio.
CELIA
CORRAL CAÑAS
¿Qué es la poesía? Más que
intentar definirla, me adscribo a la de Benjamín Prado, bastante lírica, que
es: "La poesía es todo lo que hay entre un disparo y el animal
herido".
PATRICIA GONZÁLEZ LÓPEZ
¿Qué es la poesía? Una manera no
habitual de decir lo corriente. Es lo que sorprende, lo que sacude, sana y hace
justicia.
Con qué definición de poesía me
siento identificada? Una de Paul Valéry "poesía es el arte de hablar sin
decir nada, pero para sugerirlo todo". Otra cosa que dice es "Poesía
es alcanzar el estado de invención perpetua"
ELENA
ROMÁN
La poesía es un lenguaje, es una
manera de ver la vida, y es también una manera de ser.
Aunque se me vienen a la cabeza
varias definiciones de poesía, siempre me ha acompañado la de Pessoa, quien
dijo que la poesía era su manera de estar solo.
JORGE
POSADA
La poesía es un escáner
descompuesto, esto tiene una dificultad, cómo hacía safo para escribir si
todavía no había escaners en su época, ¡oh misterio!
GEMA ESTUDILLO
La poesía no sirve para salvarse. Tampoco sirve hacer poesía como churros, si no la palabra es vacía y es tan sólo un adorno. La poesía sirve para alumbrar lo que no se ve y nombrar lo que aún no tiene nombre. No vale nada si la palabra no arde.
MARIO
VEGA
Entiendo la poesía como una
situación comunicativa. La poesía es aquello que ocurre cuando se lee o escucha
un poema. Puede darse el caso de que nada ocurra al leer dicho poema, en cuyo
caso estaremos ante un poema mal ejecutado o ante un lector no apto para que se
produzca la poesía con ese poema.
Lo que ocurre cuando uno lee un
poema y se produce la poesía es de carácter completamente personal e
insondable, ya dijo Machado en su Juan de Mairena que debíamos hablar
modestamente de poesía sin pretender definirla.
Soy partidario de la poesía
accesible, que está escrita, no para todos, sino para cada uno. Una poesía que
huya de los excesos del lenguaje y se comprometa con la vida, con la sociedad y
con el hoy, sin perder de vista el pasado y sin negar el futuro.
PATRICIA
LUNA
Poesía
es la voz de mi madre,
el
abrazo de mi padre,
la
vida a medias
abriéndose
camino
entre
zarzales.
Son
mis pies descalzos,
la
huella de tus pasos en la arena
que
no dura más que un oleaje.
La
poesía no somos tú ni yo.
Ni
lo que dejaremos.
Serán
los sueños que jamás alcanzaremos,
el
verso que no pronunciaremos,
el
instante que se me escapó.
No
es un métrica exacta,
ni
una construcción de ingeniería.
No
se aprende en academias,
ni
siquiera en la vida.
La
poesía es eso que nos queda
cuando
todo lo demás se ha ido.
ÚRSULA
RODRÍGUEZ
La poesía para mí es liberarme
mediante las palabras; encontrarme en ellas, conectar con mi "yo
indefinido" y, a través de él, con el de los demás.