Aunque no sea el más guapo
de todos los inmortales
quisiera ser el sereno
de tus cositas terrenales.
Como no tengo cabeza
ni cuadra de pura sangre
yo te llevo a caballito
"pa" enseñarte todas las calles.
No me hacen falta pistolas
ni castillos en el aire:
te regalaré un imperio
en Cádiz por carnavales.
Tu lengua es un mar despacio
y a mí me matan sus olas,
que teniendo aquí tu boca...
¿pa qué quiero yo un palacio?
Yo soy el Rey
y Príncipe de Vecindario
pero tú eres la Reina
de mis telediarios.
Mi boca es mi ley,
mi frontera son tus piernas
y toda toda tu risa
me la pongo por bandera.
Yo soy lo que veis:
Príncipe del Abecedario
y toda toda mi corte
es mi corte de salario.
Corónate,
ponte flores en la melena
hoy tenemos una audiencia
con pucheros de hierba de la buena.
Pondremos en la almohada
y, en otro lugar urgente
de este cuento sin hadas,
después de noches calientes,
mañanitas de mermelada...
Soy monarca de tu horario,
el infante de tus piernas,
el esclavo de tus labios,
lacayo de tus caderas...
Tu lengua es un mar despacio
y a mí me matan sus olas,
que como se esta en tu boca
no se está en ningún palacio.
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