CAMPOS DE TIERRA
Esto es Castilla,
mi cuerpo tan seco,
esta carne prieta y dura como alpaca,
levantada por leves lomas, colinas
modestas, algún apacible remanso.
Esto es Castilla,
los ojos oscuros color de barro,
la piel y las trenzas recias, pardas.
Vengo de la tierra del pan y del vino,
donde otros antes que yo
escondieron la cebada
que no saciaría su hambre ni su sed.
Soy nieta de emigrantes, carbón humano,
las entrañas unidas con alambre,
mujeres y hombres ceñidos de esparto
y entregados al delito del trabajo
manual. Ellos me levantaron el alma
con golpes de azada que aún retumban
en el amor áspero y tierno que me puebla
los surcos de las severas costillas.
En frágiles pasos de albarcas me han traído
para que un día yo soltara
las hoces de la siega, la esteva del arado
y cantara estos poemas;
me han colmado la boca de trigales,
me han confiado toda la luz,
la digna primavera de la maleza.
Soy de un hogar que se seca y se adhiere
como costra en los codos de la tez morena.
Soy de un hogar compacto hasta la grieta,
donde el roble solo sangra si lo partes.
Ay del agua oculta -dentro siempre dentro-
en nuestro pecho, quién oirá este canto
de labranza que cargo en las espaldas,
quién este ruido de savia entre los huesos.
Esto es Castilla,
y todos los árboles
que me brotan en hilera
señalan que debajo
fluye un río.
LA NIETA DEL MOLINERO
muele la tierra muele muele
muele el trigo molinero
muele pan
son sus manos morenas
pan pan pan
muelen
pan trigo pan
guarda la maquila o el dinero
de los que vienen de Gema Jambrina y Moraleja
a Casaseca
muele pan pan pan
muele
el hijo del molinero corre y juega
y me sueña dormido
entre sacos calientes
muele
ochava media ochava y fanega
solo muele por el día
si lo hiciera por la noche
la Guardia Civil
pam
muele muele muele muele
pan pan pan y pan
el trigo en la panera
la cebada en el costal
la piedra para el cuerpo
muele
salvado salvadilla
harina harinilla
muele
sonríe la tolva está lista
la piquera con grano
ya muele muelen
sus manos
Castilla
la tierra muele
el molino que no conocí
la espalda
el alma
Castilla
muele
muele la tierra
muele
a mi abuelo
ENCICLOPEDIA
Mi aldea en cambio solo existió una vez
en la televisión pública el día
en que la vuelta ciclista
pasó por ella y dejó —cometa Halley—
una estela en nuestra imaginación
y tres botellines.
TERRITORIO Y FRAGILIDAD
Conozco un no-lugar
suspendido entre dos lugares.
Un espacio sin identidad igual a otros
donde el tiempo acecha fuera
sin atreverse a entrar
donde nada sucede
salvo la nada de la espera.
Es la inexistencia
de las coordenadas espaciales la dimensión alucinada.
«Buen viaje» repiten mecanos sin deseo
vacío el lenguaje
al sellar el rostro de busto remoto
que ya no te pertenece.
«Buen retorno a la vida».
Puerta 146 y es cada una
igual a todas umbrales idénticos
de otros mundos —dónde estoy
se miran unos a otrosa dónde pertenezco
dónde mi lugar—.
En el nuevo laberinto rizoma
los carteles señalan
gritan
acusan:
Pasajeros en tránsito
en trance
y unos seres como pequeñas cobayas sufrientes
se revuelven inquietos en sus asientos
cegados por luces de colores
aturdidos por puertas corredizas
escaleras mecánicas
señales refulgentes
avisos sonoros
desesperados
por la incomodidad de no estar
en ninguna parte
por el dolor de vivir en la grieta
que separa quienes hemos sido
de quienes vamos a ser
en unas horas. Por la angustia
de no pertenecer aún
a nada.
Ya no estoy aquí,
pero todavía no he llegado.
Sostenerse en esa coma
en esa ausencia
en la pausa de la oración
en el suspiro
en el instante de tomar aire
para recomenzar.
Vivir en el margen ficticio
a tientas tambaleándose
sobre el puente inestable y aséptico
en tránsito
en tránsito
en tránsito
en tránsito
donde cada uno aguarda
su propio trasplante.
BRINDIS
Era un poblado sumido en un valle
en una tibia noche de verbena.
Eran ya noventa y dos los años
de baile sin cesar:
su movimiento de caderas,
desafinado y festivo,
contenía la indómita alegría
de quien va a morir de edad.
CASTILLA ROAD
Hay pájaros danzando con precisión
para nosotros.
He visto esta escena en las películas
pero eran distintas las coordenadas,
se gozaba en otras lenguas
en las áreas de servicio.
Vibra rotunda la claridad de este mar,
son arena del océano las nubes,
bailan las llamas.
Tierra amarilla y cielo azul
son tus líneas geometría, —cuadro de Klee, campos sembrados,
origen de la abstracción—límites,
como los de este amor,
que no se cumplen.
Castilla, nada en ti se cierra, horizonte,
tú abres el mundo a la trashumancia,
epicentro de los puntos cardinales,
fuga de todas las rutas.
Solo en Castilla se rozan los cielos.
Autobús de Fermoselle.
Maribel Andrés Llamero.
XXXIV Premio de Poesía Hiperión
No hay comentarios:
Publicar un comentario