Somos el Murcia, el equipo de la séptima ciudad más poblada de España, el equipo al que siempre le han reprochado su incumplimiento del silogismo fácil: la séptima ciudad merece el séptimo puesto en Primera División, lógicamente, así que dame el séptimo puesto en Primera, por qué no me lo das. La estadística de todos los camareros de la ciudad que se han encogido de hombros cuando les hemos pedido que pusieran un partido del Murcia por la tele, esa estadística no se tiene en cuenta. La estadística de bares a los que se les terminan cayendo los banderines del Murcia que tuvieron un día colgados, si que alguna vez los colgaron, esa estadística no se vocifera. La estadística de que el más bajo porcentaje de los 440.000 quiere a su Real Murcia, y la estadística de que, en cambio, el más alto porcentaje de esa cifra no quiere a su Real Murcia, esos datos no los mencionan los radicales de la equivalencia séptima-séptima (...). Murcia siempre se ha cruzado de brazos y ha mirado impaciente, esperando la Primera desde la obsesión. El Murcia, por su parte, se ha especializado en ofrecerle Segunda. Y sí,somos de Segunda, pero somos la mejor Segunda: nadie tantas veces en esa categoría, 53 temporadas, y nadie tantas veces campeón de Segunda, 8 veces. (...) La mirada natural del Murcia es una mirada hacia Primera, desde la Segunda o incluso desde más abajo. La máxima categoría siempre se ha sentido observada por nosotros. Por eso puedo decir que mi equipo comparte la mirada de su ninguneada tierra: la mirada hacia el escalón más alto. Llegar un día a ese escalón y quedarnos y no bajarlo ya. Jamás dejaremos de mirar. (...)
Es probable que tanta contrariedad hay sido, en el fondo, la mejor educación posible para ellos, el mejor invernadero. Como el hijo de Miguel Hernández, nuestros pequeños murcianistas se han alimentado casi exclusivamente de pan y cebolla, es decir, de decepciones, y por eso ya ninguna dieta les asustará en el futuro. Solo pan y cebolla para ellos, sí, pero misteriosamente están sanos, han encontrado nutrientes. Ellos son matojos del desierto creciendo orgullosos sin agua. En cada patio de Murcia tenemos al menos un par de pequeños apóstoles: ya cuando persiguen un balón vestidos de grana están predicando. (...) Será puesto en sus labios un cántico nuevo. Ellos sí verán al Murcia ganar en Albacete. Ellos verán al Murcia dejarse atrás a sí mismo.Sed en la Condomina.Luis María Varelo.Colección Hooligans ilustrados.Libros del K.O.
ARREBATOS ALÍRICOS
Me fui sobreviviendo como pude
(José Luis Piquero)
sábado, 19 de mayo de 2018
"SED EN LA CONDOMINA"
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