ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


martes, 14 de febrero de 2017

Palabras privadas (detalles sórdidos a continuación)


Palabras privadas

Estas son palabras privadas que te dirijo en público.
T.S. Eliot
Detalles sórdidos a continuación.
David Bowie

Puedo olvidar tus infidelidades
y los reproches injustos y sucios
que solo buscaban hacerme daño.
Puedo perdonarte tus bofetones
y los accesos de ira o los insultos,
las garras afiladas y los mudos
mohines emponzoñados de desprecio.

Puedo olvidarme también de que luego
hicieras trampa, contando mentiras
y buscando tanta compasión hacia
tu persona como desprecio hacia la mía.

Puedo perdonar que me prometieras
tanto para no darme luego nada.

Puedo perdonártelo todo,
incluso que tu manía de amar
sin querer (en los dos sentidos:
ausencia de intención y falta
de afecto) haya acabado con lo nuestro
para siempre de forma tan dolosa.

Pero lo que no te voy a perdonar
nunca en la vida, así pasen veinte años,
es que me hayas enseñado a sentir
y ahora no pueda, sin más, borrarlo,
a mí, que estaba muerto (y tan a gusto)
por dentro, y luego me hayas olvidado
a la intemperie, desahuciado, blanco
fácil y seguro de cuanta mierda
sensiblona desborda el mundo:
diana fácil de oenegés y mendigos,
víctima propicia de amigos jetas
y mujeres malvadas y preciosas
que solo tienen que seguir tus surcos,
arar poco para sacarme fruto.

Es decir,
que puedo perdonarte todo menos
que me hayas convertido en menopáusico
prematuro, enamorado, en general,
del mundo, que queda fatal tratando
de poner carita de inconsolable
tipo duro. En definitiva
y por ir terminando: te perdono
todo menos que hayas hecho que pueda
ser feliz ahora que te he perdido
y, por tanto, he dejado de merecerlo.

La huida hacia delante,
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2014

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