ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


sábado, 4 de febrero de 2017

Mexicana de este lado (poema de Gloria Anzaldúa traducido por María López Ponz)


El viento agitando mis mangas
los pies hundidos en la arena
estoy en el punto donde la tierra toca el océano 
donde ambos se encuentran
una unión dulce
o un choque violento en otro tiempo y lugar.

Al otro lado de la frontera, en México,
austeras siluetas de casas abatidas por las olas,
acantilados desmoronándose en el mar,
olas de plata veteadas de espuma
cavan un agujero bajo la valla.

                                        Miro el mar atacar
la cerca en Border Field Park
      con sus buchones de agua,
y, cual domingo de Pascua, 
resucita la sangre morena de mis venas.

Oigo el llorido del mar, el respire del aire,
mi corazón se dispara con el latido del mar.
En la gris neblina del sol
el agudo aullido hambriento de las gaviotas,
el agrio olor del agua calándome.

Paso por el agujero en la valla
         al otro lado
      Siento bajo mis dedos el gastado alambre
            oxidado tras 139 años
      del salado aliento del mar.

Bajo el cielo acerado
los niños mexicanos patean su balón de fútbol,
corriendo tras él entran en los USA.

        Apoyo mi mano sobre la cortina de acero– 
la valla metálica coronada de alambre de espino– 
        ondea desde el mar donde Tijuana toca San Diego 
  desplegándose sobre montañas 
   y mesetas
       y desiertos,
esta “Tortilla Curtain” se convierte en el río Grande
          que fluye por las llanuras 
    del Magic Valley de South Texas
          hasta vaciarse en el Golfo.

Una herida abierta de 1.950 millas
que divide un pueblo, una cultura,
que recorre la longitud de mi cuerpo,
que clava postes en mi carne,
                splits me splits me
me raja                me raja

Este es mi hogar
este delgado borde
       de alambre.

Pero la tierra no tiene costuras.
El mar no se puede vallar,
       no termina en las fronteras.
Para mostrar al hombre blanco lo que pensaba de su
arrogancia,
Yemayá hizo volar ese muro de espino.

Esta tierra fue una vez mexicana,
       fue siempre india
y aún es.
        Y     lo será de nuevo.

Yo soy un puente tendido
del mundo gabacho al del mojado,
lo pasado me estira pa’’tras
y lo presente pa’’delante,
Que la Virgen de Guadalupe me cuide
Ay ay ay, soy mexicana de este lado.

Gloria Anzaldúa 
(Traducido por María López Ponz 
para Emplumadasuna antología de poesía chicana 
que próximamente será publicada por Ediciones Liliputienses)

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