ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


martes, 26 de diciembre de 2017

Días de irresponsable plenitud

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Lucía un buen solete y había gente que aprovechaba la tibieza en las terrazas de los cafés. El boulevard de las Ramblas estaba vistoso: circulaban banqueros encopetados, militares graves, almidonadas amas que se abrían paso con las capotas charoladas de los cochecillos, floristas chillonas, estudiantes que faltaban a clase y se pegaban, en broma, riendo y metiéndose con la gente, algún tipo indefinible, marinos recién desembarcados. Teresa brincaba y sonreía, pero pronto se puso seria.
-El bullicio me aturde. Sin embargo, creo que no soportaría ver las calles vacías: las ciudades son para las multitudes, ¿no crees?
-Veo que no te gusta la ciudad -le dije.
-La odio. ¿Tú no?
-Al contrario, no sabría vivir en otro sitio. Te acostumbrarás y te sucederá lo mismo. Es cuestión de buena voluntad y de dejarse llevar sin ofrecer resistencia.

En la Plaza de Cataluña, frente a la Maison Dorée, había una tribuna portátil cubierta por delante por la bandera catalana. Sobre la tribuna disertaba un orador y un grupo numeroso escuchaba en silencio. -Vámonos a otra parte –dije.
Pero Teresa no quiso.
-Nunca he visto un mitin. Acerquémonos.
-¿Y si hay alboroto? –dije yo.
-No pasará nada -dijo ella.
Nos aproximamos. Apenas si se oían las palabras del orador desde aquella distancia, pero, debido a su ventajosa posición sobre la tribuna, todos podíamos seguir sus gestos vehementes. Algo creí entender sobre la lengua catalana y la tradició cultural i democràtica y también sobre la desídia voluntària i organitzada des del centre o pel centre, frases fragmentadas y aplausos y tras ellos frases que se diluían en el ronroneo de los comentarios, gritos de molt bé! y el inicio deslavazado y arrítmico de “Els segadors”.
Por la calle de Fontanella llegaban guardias de a pie, de dos en fondo, portando cada uno su mosquetón; se alinearon en la acera, de espaldas al muro de los edificios y adoptaron la posición de descanso.
-Esto se pone negro –dije.
-No seas miedoso -dijo Teresa.

Los cantos proseguían y se intercalaban gritos subversivos. Un joven se apartó del ruedo de oyentes, tomó una piedra y la lanzó con furia contra las vidrieras del Círculo Ecuestre. Al hacerlo se le cayó el sombrero.
-Fora els catalans! -decían ahora.
Una figura vestida de negro, de barba cana y rostro de ave apareció en una de las ventanas. Extendió los brazos y gritó: Catalunya! Pero retrocedió al ver que su presencia provocaba un aluvión de piedras y una salva de pitos. -¿Quién era? -preguntó Teresa.
-No lo vi bien –dije-. Me parece que Cambó.

Entretanto los guardias del piquete seguían impertérritos, en espera de las órdenes del oficial que sostenía una pistola. Por la Rambla de Cataluña bajaban grupitos a la carrera, enarbolando cachiporras y gritando ¡España Republicana! por lo que supuse que serían los “jóvenes bárbaros” de Lerroux. Los separatistas les arrojaron piedras, el oficial de la pistola hizo una seña y sonó un cornetín. Hubo piedras para los guardias, volvió a sonar el cornetín, se montaron los mosquetones. Los “jóvenes bárbaros” golpeaban a los separatistas, que respondían a las cachiporras con piedras y puños y puntapiés: eran más numerosos, pero contaban con mujeres y ancianos inútiles para la refriega. Cayeron algunos cuerpos al suelo, ensangrentados. Los guardias apuntaban a los contendientes, estoicamente plantados sobre las piernas separadas, aguantando las pedradas ocasionales. Por la calle de Pelayo apareció la caballería. Formaron ante el Salón de Cataluña con los sables desenvainados, luego avanzaron en abanico, primero al trote, poco a poco al galope y, por último, a rienda suelta, como un ciclón, por entre las palmeras, saltando por encima de los bancos y los parterres de flores, levantando polvaredas y haciendo vibrar el suelo con los secos pisotones. La gente huía, salvo aquellos que se hallaban enzarzados en la lucha cuerpo a cuerpo. Corrían en las direcciones expeditas: Rambla de Cataluña, Ronda de San Pedro y Puerta del Ángel. El orador se había esfumado y los “jóvenes bárbaros” desgarraban la bandera catalana. Los jinetes repartieron sablazos con la hoja plana sobre las cabezas de los fugitivos. Los que caían no se levantaban para no ser arrollados: se cubrían con las manos el cráneo y esperaban a que los caballos hubiesen pasado. Los guardias de a pie habían descrito un círculo cerrando la escapatoria por la Puerta del Ángel y disparaban al aire, tiros sueltos. Algunas personas cogidas entre los jinetes y los de a pie, alzaban los brazos en señal de rendición. Habíamos corrido, al principio, hasta las Ramblas y nos mezclamos con los paseantes. Al poco rato apareció un grupo de policías que llevaba en el centro a tres individuos esposados. Los individuos se dirigían a los transeúntes diciendo:
-Ya ven ustedes, siempre pagamos los mismos.

Los transeúntes se hacían los sordos. Nosotros seguíamos corriendo cogidos de la mano. Eran días de irresponsable plenitud, de felicidad imperceptible.

La verdad sobre el caso Savolta,
Eduardo Mendoza.
Seix Barral, 1975

Tarjeta navideña de una puta de Minneapolis (Tom Waits)


Ey, Charlie, estoy embarazada,
y vivo en la Calle 9,
justo encima de una sucia librería,
esquina con la avenida Euclid.
Ah, por cierto, he dejado de drogarme
y de tomar whisky.
Mi hombre toca el trombón,
y trabaja en la autopista.

También dice que me quiere,
y, aunque no sea su hijo,
dice que lo va a criar
como si fuera suyo.
Y me dio un anillo
que llevaba su madre,
y me lleva a bailar
todos los sábados por la noche.

Ey, Charlie, me acuerdo de ti
cada vez que paso
por una gasolinera,
por toda esa grasa
que llevabas en el pelo...
S,  todavía tengo ese disco
de Little Anthony and the Imperials,
pero alguien me robó mi tocadiscos,
¿qué te parece?

Eh, Charly, casi me vuelvo loca
cuando engancharon a Mario,
así que me volví a Omaha
a vivir con mi gente.
Pero todos los que conocía
estaban o muertos o en la cárcel.
Entonces me volví a Minneapolis,
esta vez creo que me quedo.

Eh, Charlie, creo que soy feliz,
por primera vez desde mi accidente,
pero ojalá tuviera toda el dinero
que solíamos gastarnos en droga...
Ah, me compraría un negocio de autos usados,
pero no vendería ninguno:
simplemente conduciría
uno distinto cada día,
según cómo me sienta.

Ey, Charlie, por Dios santo,
¿quieres saber la verdad de todo esto?
No tengo marido,
no toca el trombón,
y necesito que me presten dinero
para pagar el maldito abogado.

Y, Charlie, ey,
me van a dar libertad bajo palabra,
pasa a verme el día de San Valentín.


Hey Charlie i'm pregnant
and living on the 9th Street
right above a dirty bookstore
off Euclid Avenue
and i stopped takin dope
and i quit drinkin whiskey
and my old man plays the trombone
and works out at the track

and he says that he loves me
even though its not his baby
and he says that he'll raise him up
like he would his own son
and he gave me a ring
that was worn by his mother
and he takes me out dancin
every saturday night.

and hey Charlie i think about you
everytime i pass a fillin station
on account of all the grease
you used to wear in your hair
and i still have that record
of little Anthony  The Imperials
but someone stole my record player
now how do you like that?

hey Charlie i almost went crazy
after mario got busted
so i went back to omaha to
live with my folks
but everyone i used to know
was either dead or in prison
so i came back to minneapolis
this time i think i'm gonna stay.

hey Charlie i think i'm happy
for the first time since my accident
and i wish i had all the money
that we used to spend on dope
i'd buy me a used car lot
and i wouldn't sell any of em
i'd just drive a different car
every day, dependin on how
i feel

hey Charlie for Chrissakes
do you want to know the
truth of it?
i don't have a husband
he don't play the trombone
and i need to borrow money
to pay this lawyer
and charlie, hey
i'll be eligible for parole
come valentines day

sábado, 23 de diciembre de 2017

Farsantes, víctimas, imbéciles o niños: señoritos de mierda

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Impresionantes e impresionados de sí mismos, misteriosos prestigiosos y prestigiándose avanzan lentos y graves por los pasillos de la Universidad con libros extraños bajo el brazo (…). Crucificados entre el maravilloso devenir histórico y la abominable fábrica de papá, abnegados, indefensos y resignados llevan su mala conciencia de señoritos como los cardenales su púrpura, a párpado caído humildemente, irradian un heroico resistencialismo familiar, una amarga malquerencia de padres acaudalados, un desprecio por cuñados y primos emprendedores y tías devotas en tanto que, paradójicamente, les envuelve un perfume salesiano de mimos de madre rica y de desayuno con natillas. (…) Empero también esto, lejos de perjudicarles, les favorece: así son mártires por partida doble, veteranos de dos frentes igualmente mitificados y decepcionantes. Pero la juventud muere cuando muere su voluntad de seducción, y cansado, aburrido de sí mismo, aquel esplendoroso fantasma del tormento se convertiría con el tiempo en el fantasma del ridículo personal, en un triste papagayo disecado, atiborrado de alcohol y de carmín de niñas bien, en los miserables restos de lo que un día fue espíritu inmarcesible de la contemporánea historia universitaria. Y la veleidad y variedad de voces en el coro, el orfeónico veredicto: alguien dijo que todo aquello no había sido más que un juego de niños con persecuciones, espías y pistolas de madera, una de las cuales disparó de pronto una bala de verdad; otros se expresarían en términos más altisonantes y hablarían de intento meritorio y digno de respeto; otros, en fin, dirían que los verdaderamente importantes no eran equellos que más habían brillado, sino otros que estaban en la sombra y muy por encima de todos y que había que respetar. De cualquier modo, salvando el noble impulso que engendró los hechos, lo ocurrido, esa confusión entre apariencia y realidad, nada tiene de extraño. ¿Qué otra cosa puede esperarse de los universitarios españoles, si hasta los hombres que dicen servir a la verdadera causa cultural y democrática de este país son hombres que arrastran su adolescencia mítica hasta los cuarenta años?
Con el tiempo, unos quedarían como farsantes y otros como víctimas, la mayoría como imbéciles o como niños, alguno como sensato, ninguno como inteligente, todos como lo que eran: señoritos de mierda. 
Últimas tardes con Teresa,
Juan Marsé,
Seix Barral, 1966 

lunes, 18 de diciembre de 2017

Love story: Silvia Charro y Simón Pérez (poemazo de María Bastarós)



Ya te dijeron
las amigas del pueblo
que no te liaras
con un tipo del trabajo
que ibas a tener problemas
que si cortabais
sería más duro
el coincidir cada día 
el gestionarse los dramas 
Pero tú
estabas tan enamorada
con tanta mariposa desbocada
que no lo pensaste
te metiste de lleno
Y llegaron
las mañanas de ensueño
las noches en vilo
la cháchara interminable
las fotos comprometidas
Y a los tres meses 
como siempre pasa
sucedió la crisis
la bronca salvaje
los whatsapps distantes
Y sabes
que hoy será
ese día duro
de verse en el curro
de mirarse a los ojos sabiendo
que lo vuestro ha terminado
Y te pones
un poquito cardiaca
Y desayunas
unos seis carajillos
tres gin tonics sin tonic
y acabas abriendo 
La cajita sagrada
de las sobras de los afters 
Y te comes
un cuartito de pirula
sólo para relajar
y dos rayas de farlopa
para sentirte más fuerte
y otro cuarto de pirula
para estar más inspirada
y una puntita de keta
que es el postre de los grandes 
Y ya algo envalentonada
coges el bus al trabajo
releyendo sus mensajes 
Y por fin llega el momento
y le miras a los ojos
y al instante estás segura
Él 
está 
tan hundido como tú 
ha recurrido a lo mismo
está guapo y destruido 
reluciente en su amargura 
Podéis volver a intentarlo
Estáis en el mismo punto
Pero eso
será luego
porque ahora
hay que centrarse
hay que ser
profesional 
Hay que hablar
en streaming 
de hipotecas
a tipo
fijo

martes, 12 de diciembre de 2017

"Tierra" (poemazo de Alberto Tesán)

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TIERRA

Apretar el gatillo sería lo correcto.
Y dejar para siempre de agachar la cabeza.
Un disparo certero entre los ojos
es el remedio a nuestros problemas.
La vida cansa y cansan los políticos,
las ideas mezquinas de un rebaño
decadente. Es tiempo de poetas
y de asesinos, tiempo de suicidas
y violadores, tiempo de actuar.
Porque cansa la vida y la verdad cansa,
la verdad putrefacta y única que nos venden,
que nos hacen tragar como cartón mojado
entre falsas promesas de un mundo habitable.
Es tiempo de actuar, tiempo de cambios.
El cargador está lleno y las balas
esperan, impacientes, su destino.
Pero no, siempre habrá alguien en la sombra,
un verdadero dios bañado en sangre
que manipule nuestras intenciones,
y se apodere de ellas, y las reduzca a polvo.
Siempre habrá una mano que maneje los hilos
y nos haga comer frente al televisor,
con el silencio familiar más triste,
mascando las imágenes que mecen nuestro sueño.

Piedras en el agua,
Alberto Tesán.
Pre-textos, 2004.

lunes, 11 de diciembre de 2017

"Psicología moral: filosófica, no psicológica" (poemazo de F.J. CHAMORRO)

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Psicología moral: filosófica, no psicológica 

Pedro Sánchez nunca ha hablado conmigo,
ni Mariano,
ni Albert,
ni Pablo,
ni Alberto.

Soy el poeta del diálogo.
Me gustaría que hablasen conmigo.

Mi casa no es como la de Bertín.
No tengo futbolín, ni vitrocerámica.
Mi cocina va a gas, con una bombona de las naranjas.

Hacemos matanza, hay buena carne.
Por qué no vienen a hablar conmigo, qué les pasa, soy un
[ciudadano,
podríamos comer costillas y secreto.

Mis padres también quieren, son buena gente.
Tenemos una casa, la hemos pagado, eso es ejemplar, todos
[lo saben.
Por qué no van a todas las casas de España.
Todas esas casas que los ciudadanos han conseguido pagar
[son hermosas.
Venid, os esperamos.

Somos diálogo, hablamos, tenemos familia, casas pagadas,
somos la democracia.
Tampoco Pablo Motos me ha invitado a presentar un libro.
Yo también quiero hacer experimentos y enfrentarme a la
[muerte.
Has invitado a todos, por qué a mí no, Pablo,
no lo entiendo, me gusta El Hormiguero, lo veré incluso
[cuando esté muerto.

Tampoco el Gran Wyoming me ha invitado al Intermedio,
será que no estoy a la altura, será que mis libros podrían no gustar, es un programa al que van tipos inteligentes y con trayectoria,
pero me da pena, me gustaría asistir algún día, sí, me encantaría.

Será que detestan la poesía, a los poetas, será que no somos
[dignos de sus programas.
Si alguna vez pasáis por Fregenal de la Sierra, no dudéis en avisar,
nos tomaremos una gran cerveza,
mi número es 655830123, soy de Orange,
llamadme vosotros, ahora no tengo llamadas gratis,
lo gratuito escasea
también miro todos los días el correo
escribidme a franciscochamorrocamison@gmail.com
pero sin faltas de ortografía
eso no por favor
os lo pido desde el corazón.

Liberalismo político.
Francisco José Chamorro.
XX Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal.
Ediciones Hiperión, 2017

sábado, 9 de diciembre de 2017

"Sara" (un poema de Natalia Figueroa)


SARA

Últimamente no duerme bien:
piensa demasiado en el sexo
y en la independencia económica.

La templanza emocional
no nutre caracteres desquiciados
o románticos.
Actitudes pueriles
de cuando quiso mejorar su entorno.

A punto siempre de borrar
entrar al lugar del que ya indagó
seducida por la idea de rebajarse.

Problemas de sensibilidad en los pechos:
no siente como antes.

Una mujer sola siempre llama la atención en un pueblo.
Natalia Figueroa.
Ediciones Liliputienses, 2017.

sábado, 2 de diciembre de 2017

"Carta de presentación de un poeta cualquiera"

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CARTA DE PRESENTACIÓN DE UN POETA CUALQUIERA

Si no puedo persuadir a los dioses del cielo,
moveré a los de los infiernos.
Virgilio

Estimado editor,

te envío un libro con la esperanza de que te guste.
Lo he escrito con mucho cariño
y, aunque no soy el más adecuado para juzgarlo,
desde la más absoluta modestia
creo 
que puede ser un libro importante.

Es cojonudo, en serio, léetelo.
Es el mejor libro del mundo.
Vas a hincharte a vender y yo a firmar autógrafos
con este libro.
Me va a doler la mano de firmar
y los huevos de follar con este libro.

Podemos hacerlo, léelo.
A poco gusto que tengas va a encantarte.
A todos mis amigos les encanta.

Tengo muchos amigos, miles de amigos en Facebook
y miles más en Twitter e Instagram,
y todos me preguntan continuamente por mi libro,
y todos, absolutamente todos, están deseando comprarlo.

Hay varios editores interesados,
pero prefiero hacerte a ti el favor.

Publica mi libro, hijo de la gran puta.
Sabes que lo merezco. 
Sé dónde vives.
Conozco tu coche.
Te estaré vigilando.

Con cariño y admiración, 
un poeta cualquiera.


Ritmo latino,
Jorge Barco Ingelmo.
Visor, 2017

lunes, 27 de noviembre de 2017

Dios y el botones: autobiografía de Gloria Fuertes


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Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.


El libro de Gloria Fuertes: antología de poemas y vida.
Gloria Fuertes.
Blackie Books, 2017.

martes, 21 de noviembre de 2017

Entrevista 12&21 en La Galla Ciencia


En este enlace podéis leer la entrevista que me han hecho en La Galla Ciencia. Un placer enorme contestar su cuestionario y figurar en su web.

lunes, 20 de noviembre de 2017

"20 de noviembre" (poema de Ana Pérez Cañamares)


VEINTE DE NOVIEMBRE
Te fuiste a morir en la misma fecha
que aquel que te había jodido la vida;
nada personal por su parte:
te la jodió a ti como a tantos otros.
En el momento me pareció una coincidencia
con más mala leche que otra cosa:
una ironía fúnebre,
una carcajada de la calavera.
Pero luego pensé que tú reirías la última,
que noviembre sería el mes de las madres
que guardan la ternura y la dignidad
en un cofre rodeado de pinos y regatos;
no el mes de los que se van entre tubos,
ajenos a la muerte como estuvieron ajenos a la vida,
y que yacen incorruptos admirando
la solidez del mármol.
Una última cosa, madre:
sé por ti que hay ideas que atentan contra el corazón.
Dicho de otro modo:
tener corazón no permite tener ciertas ideas.
Y ninguna otra vida
ninguna otra muerte
me convencerá de lo contrario.

domingo, 19 de noviembre de 2017

"La familia de Juan Carlos I" (un poemazo de Luis Bagué Quílez)

Antonio López: “Quería representar a una familia española” | Cultura | EL  PAÍS

LA FAMILIA DE JUAN CARLOS I

Una familia más.

Mejor un fondo blanco.
Ningún fondo mejor
para este trance hipnótico
de ver lo que no existe.

Di patata. Di Luis. Mira qué pintas.
Somos tan naturales que da miedo.
Se congeló la imagen, se nos heló
                                                              la risa
tras la resaca del 92.

Juntos la tradición y el porvenir,
naturaleza muerta y cuadro de costumbres. 

La eterna controversia
entre el tiempo real y el relativo.

Antonio López mira, corrige, se retrasa.
Lo apremian con plazos. A veces está a punto
de abdicar.

Que los juzgue la historia.

Clima mediterráneo.
Luis Bagúe Quílez.
Visor, 2017.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Campos de amapolas blancas

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A mí me quedan los eslabones del tiempo en la memoria; la espinela, los tribunos de la plebe, la náusea, ay, infelice, Butch Cassidy and the Sundance Kid, das Ewigweibliche, la mansarda de Les Halles, Charlie Parker, "Lucy in the Sky with Diamonds", el sueño de la script, una sonrisa triste y bondadosa y la persistencia plural de la lluvia, la lluvia que se esconde en las palabras y los libros, la lluvia que azota la ciudad y las ventanas, la lluvia que cae sobre el olvido y la ceniza. Por mi parte, he contemplado campos de fresas, de trigo, de algodón, oigo a veces el sonido compacto de Strawberry Fields Forever, he sabido de campos de batalla, magnéticos y santos, pero, por más que miro a los lados de la carretera cuando viajo en coche por tierras de murgaños, aún no he encontrado campos de amapolas blancas.
Campo de amapolas blancas.
Gonzalo Hidalgo Bayal.
Tusquets 

viernes, 10 de noviembre de 2017

"Cigarrillos, whiskey y mujeres salvajes" (Anne Sexton)

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Tal vez nací de rodillas,
nací tosiendo en el largo invierno,
nací esperando el beso de la piedad,
nací con cierta pasión por la rapidez
y así, cuando las cosas progresaron,
aprendí sobre la empalizada
y lo que se saca fuera, el  gas de la enema.
Por dos  o tres aprendí a no arrodillarme,
a no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra
donde no hay nadie a quien susurrarle o acostar a morir
excepto las muñecas, perfectas y terribles.

Ahora que escribí muchas palabras,
y revelé tantos amores, y para tantos,
y he sido enteramente lo que siempre fui –
una mujer de exceso, de fervor y ambición,
encuentro que el esfuerzo fue inútil.
¿Acaso en estos días
no miro al espejo y veo
a una rata ebria esquivarme los ojos?
¿No siento tan intenso el hambre
que moriría antes de mirarla a la cara?

Me arrodillo una vez más,
por si acaso la piedad llegase
justo a tiempo.

jueves, 9 de noviembre de 2017

"Uno" (poema de Úrsula Rodríguez)

Ya he mencionado alguna vez en este blog la antología Piedra de toque: 15 poetas emergentes de Extremadura, seleccionada y editada por Daniel Casado. En cualquier caso, recordemos, por ejemplo, esta entrada en el blog de Simón Viola y repitamos mi agradecimiento por elegir "Carta abierta de lo que quedaba del Víctor Peña de 19 años al actual Víctor Peña antes de desaparecer para siempre".
Junto con Víctor Martín, Álex Chico, Francisco Fuentes o Urbano Pérez, otra de las autoras seleccionas era Úrsula Rodríguez, quien, amablemente, nos ha cedido este poema y esta foto para aparecer en Arrebatos Alíricos. Muchas gracias también ella.



Uno

Mi voz no clama en el desierto.

El silencio reverbera,
repite ecos
que son vacíos
que están llenos
de mí.

Me espero al otro lado
de la ausencia.
Aguardo la luz
y la sombra
en el umbral del verbo.

Abro la boca que devora
la eternidad del segundo
en el que respiro
la luz
en la que me encuentro.

Soy un latido perdido del
universo.
Reflejo de ti.

Hablo del otro que somos
y soplo.
Me cre-e-a-s
Te creo.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

"ÉL" (un poema de José Luis Piquero)

Resultado de imagen de jose luis piquero Es la naturaleza, dice alguien. Otro: está en mi interior

ÉL
Vertebrado Gaseoso, le llamaba
un personaje -Eustace Barnack- de Huxley.
Aunque, después de todo, ¿qué sabemos de él?

Poca cosa. Mejor no preguntar
a los curas: son parte.
De las beatas y de los poetas
no sacaremos nada.
Y todos esos libros,
bueno, son divertidos, con tanto asesinato.

Es la naturaleza, dice alguien.
Otro: está en mi interior.
En todas partes. Está en ti. Se ha ido.
Es todo amor. Es el puro misterio.
Mataría por él. Moriría por él.

Diablos, ¿y a quién le importa?

Mucha tarea obligatoria
no nos hace mejores, como está comprobado,
y cuantas menos causas mejor se explica todo. Venga, dejémoslo:
ya tengo mi dragón en el desván.
Es preferible
escribir uno de esos poemas de la infancia,
ir a dar un paseo.
Y si alguien dice algo, disimular un poco.

Pero este cielo tan azulo... ¡Oh, Tierra!
¡Oh, Hijo de Puta,
pero qué listo eres!

Tienes que irte.
José Luis Piquero.
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2017

martes, 7 de noviembre de 2017

Unos poemas de DOLIENTE (Patricia González López)


La primera vez sentí cosquillas
la segunda rutina
la tercera dolor
la cuarta, desdicha
me quedó
la foto
de la sangre
en la bombacha
la patente
el poder del dolor
la contradicción del placer
el miedo al deseo
la naturalidad del asco
el permiso a cualquier cosa
y la exageración del perdón,
el abuso es el otro.

El shampoo de la abuela
alargado con agua
el mismo mantel blanco calado
con colitas de cuadril
familia estable,
guerra de banderas
Cuervos y Bosteros unidos con cinta aisladora.
Champagne con speed y matambre
eternos Abba o cumbia.
La nueva generación ríe más
ensaladas de arroz en cada plato
entre los escombros
un cable y una lámpara
de la obra para la que no alcanzó
el conformismo de todos.
Ganas de bailar bajo la parra
a la tía no se le cayó el culo
ni a mi vieja la dignidad.
Trabajamos para tener
dos vasos por comensal
el sacrificio tiene sus frutos nuestro legado
por eso esta vez cordero
uvas en la ensalada de fruta
cerezas y arándanos;
repelente para todos
y ropa a estrenar;
aunque en obra,
nadie podría negar
que somos felices.

Ni Muy Trillado

No me enseñaron a quererme
me enseñaron lo que hay que hacer para ser querida
me enseñaron a ser objeto de placer de lo contrario una inútil
me enseñaron a ser deseada
a querer ser partida
me enseñaron a mostrar las piernas
me enseñaron que soy lo que disponga un grito de calle
me enseñaron que la bondad es decir que sí
que es un juego de minita decir que no
que soy la responsable de la voluntad del psicópata
me enseñaron a asumirme culpable de mi primera violación,
que mi trauma es la absolución de la segunda
el hostigamiento no es tanto si el niño es sufrido
el violador es menos violador si el niño ultrajado
que quizás un poco me guste el manoseo de tren
si la violación es colectiva es porque quiero fiesta
soy culpable del estado analfabeto
de la comicidad de algún funcionario virgen que no entiende
del vaciamiento corporal
culpable de la soledad estructural de mi alma
culpable de haber aprehendido la sumisión como respeto
culpable de la vergüenza
de pedir ayuda
quizás deseo sufrir
quizás me merezco el bife
algo habré hecho
la culpable soy yo la culpable soy yo la culpable soy yo
por creer que no va a pasar
nunca más que se va a disculpar
soy habitante de la falocracia
me enseñaron venderme al mejor postor
que por lo menos me pague el café
que me de un techo que invite la cena
que me coja
que me traslade
que me quiera seguir cogiendo
que me quiera solo para él
que me cele, que me grite, que me parta, que me encierre,
me prohíba me sacuda me mate
siempre por pasión.

Dicen que soy buena porque papá me abandonó
y mamá me la hizo difícil,
yo hubiera preferido ser caprichosa.
Dicen que soy independiente
por sacarme el barro en soledad
yo todavía sueño con ser consentida.
Dicen que me entrego mucho,
la falta anuló mis chanches de ahorrar amor
yo hubiera hubiera preferido ser cuidadosa.
Dicen que soy especial
porque fui hecha de dolor
yo sigo soñando con ser una más.

Estás confundido con esto de rechazarme
soy ideal para vos
parezco perfecta
no rompo las bolas.
Me río y no por ser triste
trabajo
y soy infiel
pero puedo incluso esperar
a cansarme de que no me quieras
para saber que hay vida.
Te dejaría
que tengas romances afuera
lo que necesites
y mi devoción intacta.
Siendo de la lista,
la que rompe tu cama y la duerme
siempre sin exclusividad.
Puedo mantenerte, soy profesional
que vos planches guardapolvos
de hijos con tu cara
y la maldad de los dos.
Yo puedo llegar y verlos comer
el plato que nunca me preparaste,
cocinero mezquino.
Hasta hoy
nunca tuve que aclarar
que estoy enamorada
o algo así
como que me exploten las tetas al verte
sonreír durante meses
por regalar besos a la pared
desprenderle algo de polvo.
El bálsamo de mango no me cuida el brillo
ni hablar de tu piel
el jabón de manzanilla
no mejora el olor de mi espíritu.
Lo decidí
la onda es olvidar con dignidad
antes de perder la hermosura
la mirada con manchitas.
No te muerdo más
no te pido más
que me abandones de vez en cuando.

domingo, 5 de noviembre de 2017

ADAPTACIÓN AL 155

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ADAPTACIÓN AL 155

Acostumbrarse a las molestias diarias,
a que se mueran los abuelos.

Hacerse a la idea de que envejecen
los padres y maduran los amigos.

Andar un rato por las tardes.

Verse de pronto envuelto en un debate
sobre hasta cuándo es mejor dar el pecho.
Tener una teoría al respecto.

Apuntarse a cursos de idiomas
o al gimnasio y actualizar los blogs
al menos una vez a la semana.

Hacer la cama siempre al levantarse
y fregar antes de que se acumule:
hacerse fuerte en la rutina.

Ser un hombre a la hora de hacer colas:
no dejar que se cuelen las marujas
ni nos venza el desaliento.

Medir la vida en estados de Facebook
y la aceptación social en “me gustas”.

Abrir un plazo fijo a un interés
razonable y defender que conviene
una reforma fiscal moderada.

Seguir los partidos sin pegar voces.

Hacerse chequeos de vez en cuando,
que total no cuesta nada. Enterarse
de cuáles son los mejores productos
para mantener limpia la piscina.

Irse de vacaciones con los suegros,

Atender cuando oyes “señor”
por la calle. Aprender a hacerse el nudo
de la corbata y a arreglar los enchufes.

Entender por qué sube la hipoteca.

Asumir que es cada vez más difícil
cumplir el sueño de hacer un trío.

Gastar mucho menos dinero en libros,
reducir el tiempo de siesta.

Hablar en las reuniones de vecinos.

Aprovechar los descuentos del súper,
preferir los conciertos en teatros,
elegir cortinas de seda blancas
que combinen con la mesa camilla,
buscar porno duro gratis, cervezas
negras y ginebras de marca, vinos
con un ligero regusto a manzana
de nombre extranjero. Decir que es suave
pero con mucho cuerpo. Fijarse
en cómo va resbalando la lágrima.

Usar reloj.

Adaptarse, como todos, al 155.
Amortiguarlo con pastillas.

Apagar el despertador antes de que suene.

Ponerse camisa para ir a trabajar.

("Adaptación al 155 miedo" es un poema publicado en mi primer libro, La huida hacia delante, por La Isla de Siltolá en diciembre de 2014. Se puede leer aquí).

jueves, 2 de noviembre de 2017

"El viejo profesor" (Wisława Szymborska)

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Le pregunté sobre aquellos tiempos
en que éramos tan jóvenes,
ingenuos, entusiastas, tontos, inexpertos.

Algo de eso ha quedado, excepto la juventud
-respondió.

Le pregunté si todavía sabe a ciencia cierta
lo que es bueno y lo que es malo para el hombre.

La más mortífera ilusión posible,
-respondió.

Le pregunté por el futuro,
si lo sigue viendo claro.

He leído demasiados libros de historia
-respondió.

Le pregunté por la fotografía,
la del marco, sobre el escritorio.

Vivieron, pasaron. Mi hermano, mi primo, mi cuñada,
mi esposa, mi hijita sobre las rodillas de mi esposa,
el gato en los brazos de mi hijita,
y el cerezo en flor, y sobre el cerezo
un pajarillo volador no indentificado
-respondió.

Le pregunté si era feliz a veces.
Trabajo
-respondió.

Le pregunté por los amigos, si todavía los tenía.

Algunos de mis antiguos ayudantes,
que también tienen antiguos ayudantes,
la señora Ludmila, que gobierna mi casa,
alguien muy cercano, pero en el extranjero,
dos señoras de la biblioteca, las dos sonrientes,
el pequeño Gregorio de enfrente y Marco Aurelio
-respondió.

Le pregunté por la salud y por su estado de ánimo.

Me prohíben el café, el vodka, los cigarros,
cargar recuerdos y objetos pesados.
Tengo que fingir que no lo oigo
-respondió.

Le pregunté por el jardín y el banco en el jardín.

Cuando la noche es serena observo el cielo.
No deja de asombrarme cuántos puntos de vista hay ahí
-respondió.

Wisława Szymborska
Antología poética.
Traducción de Elzbieta Bortklweic
Colección Visor de Poesía

martes, 31 de octubre de 2017

ELENA ROMÁN: ¿Qué hacer con Freud además de matar a Freud?

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Aunque todos, sin excepción, son recomendables, me ha resultado especialmente interesante el último libro de Elena Román, ¿Qué hacer con Freud además de matar a Freud?. Y eso que, a estas alturas, después de 17, ojo, 17 libros publicados y tantos y tantos premios* parecía difícil que consiguiera seguir sorprendiéndonos así, como si tal cosa. Sin embargo, sin duda, en este caso lo logra desde el principio y hasta el final, si es que alguna vez se llega al final de un libro tan inagotable como el subsconciente (y las teorías, inagotables y agotadoras, que lo abordan).  

*Entre los galardones recibidos destacamos el XXXV Certamen de poesía Manuel Garrido Chamorro, XXX Certamen de poesía Ángel Martínez Baigorri,  VI Premio de narrativa de Ediciones Oblicuas, XIII Concurso de cuento infantil Ciudad de Marbella, VIII Premio de poesía Luis López Anglada, XXVII Certamen Internacional de Poesía Barcarola, Premio de poesía Iparragirre Saria 2011, IV Premio de novela corta Ciudad de Noega, III Premio Internacional de poesía Blas de Otero–Villa de Bilbao, XXV Certamen de poesía Villa de Peligros, XX Certamen de relato corto Ategua, XIV Certamen de poesía María del Villar, XVII Premio de poesía Elvira Castañón, V Certamen de relatos Luis del Val, XIV y XVI Certamen de poesía Villa de Pasaia, y V Certamen de poesía Nené Losada Rico. Ha sido finalista de Premios de poesía como el Ciudad de Melilla (en tres ocasiones), Ciudad de Badajoz (en dos), Loewe, Ciudad de Torrevieja, Dionisia García, Nicolás del Hierro,  Ciudad de San Fernando y Ciudad de Mérida-Martín Romero... A estas alturas entenderán, por envidia (in)sana y necesidad de espacio, el cambio del tamaño de letra...


En esta ocasión logra llamar la atención (porque la calidad literaria, de nuevo, a estas alturas, se da más que por sentada) reuniendo una antología onírica de un periodo especialmente prolífico en sueños "enmarañados": el que va desde finales de 2015 a finales de 2016, posiblemente motivados por haber dejado el tabaco (desde aquí, nuestra enhorabuena). Así resume el proyecto nuestra soñadora: "para que me dé por perdida el psicoanálisis, prefiero seguir perdiéndome por la poesía".
Dejo a continuación una breve selección de un libro fascinante al completo: auténtico sueño hecho realidad, en sentido literal y figurado, para el lector más exigente.

ROCK CHINO  

Ana me ve mirando sus botes 
y me enseña lo que guarda tras ellos:
una pequeña tabla sobre la que hay
una maqueta compuesta 
por un pozo en un lado 
y unas viviendas en otro
(no pueden estar juntos porque,
según dice, están enfadados).
Me pregunto si no será en breve
el cumpleaños de alguien
para regalarle la tabla,
pero al sostenerla
se me rompe en pedacitos
y la vuelvo a dejar en su sitio.
Vamos a un restaurante chino
donde ponen rock duro
y descalzarse es opcional.
Cambiamos de mesa
una y otra vez
y eso equivale a comer.
Cuando cojo mi chaqueta del perchero
para irnos,
un chico me dice guapa
y otro asegura que me conoce.
Voy a rascarme un ojo 
y descubro que llevo gafas… ¿por qué,
si siempre salgo con lentillas?
Le digo a Ana que mi ginecóloga le caería bien 
porque me ha recetado 
aceite de onagra.


YA NO ES

Una mujer inglesa de mediana edad
me para en una calle toledana.
Me pregunta si hay cerca alguna academia.
Le respondo que, si se refiere a una academia de idiomas,
no hay ninguna por aquí y sí, a eso se refiere,
pero ya no es ella. Ahora es una conocida 
que me explica que la han contratado 
y necesita dar clases.
¿Dónde te han contratado? –le pregunto.
Es que en la zona de abajo
sí hay academias –le explico–, pero no aquí arriba,
y si te han contratado abajo podrías mirar allí.
Dejamos la conversación y seguimos andando.
Entramos en unas termas, bajamos unos escalones
y ya no es ella. Ahora es un hombre con gafas
y no vamos andando sino en coche. 
Es el dueño de las termas o trabaja ahí,
porque le dejan pasar con el coche, 
bajar otros escalones y aparcar en los servicios, 
habiendo un portón por el que podría salir 
y dejar el coche fuera. 
Y no, ya no es él: ahora es un hombre con perilla
y no hay rastro de su coche en los servicios,
donde, en su lugar, hay cuatro camas.
Duerme junto a mí. Al otro lado están una mujer y un niño.
Extiendo la mano hacia él para comprobar si está ahí.
Habla alto, canta, se mueve mucho en la cama
y empieza a besarme
retirando lentamente las mantas.
Justo entonces el niño le dice
que su madre se ha cortado un dedo.
Ella nos enseña su mano ensangrentada
y pide al hombre que le acompañe al lavabo. 
Él le dice que sí, que irá,
y no va. 


GRABACIONES Y FOTOCOPIAS

Son las once de la noche y mi hermana me pide
que baje a la calle con ella y con mi sobrino
porque suenan cerca grabaciones ilegales.
Mi hermana toca algo entre dos coches
y escuchamos, en la voz de una anciana,
un discurso militar o eclesiástico.
Sólo la escuchamos, porque se ha vuelto todo tan oscuro
que echamos a andar despacito
sin saber qué nos espera delante y qué dejamos atrás.
Vuelve la luz. Queda otra grabación por desactivar,
han desaparecido mi hermana y mi sobrino
y estoy en una especie de nave convertida en oficina
donde tengo que hacer unas fotocopias.
Un antiguo compañero de trabajo, al decirle 
que no conozco el funcionamiento de esa impresora 
porque la compraron cuando ya me había marchado,
me explica el sistema para sacar correctamente
una copia por ambas caras: se arranca un botón de la camisa,
lo coloca en el tablero de mandos, y se saca de un bolsillo
la boca y mandíbula de una mujer.
Mira, tienes que clavar el bolígrafo en perpendicular
aquí en la lengua –dice, hundiéndolo en la mandíbula muerta–
para que la boca no se pueda cerrar.
Le agradezco que me haya enseñado el truco
pero la fotocopia sigue sin salir y por poco no esquivo
el puñetazo de un hombre que ha comenzado, a mi lado,
a boxear contra el vacío.




HACIA ATRÁS VUELO Y ME ENAMORO

Hablo con aquel hombre grande
que era amigo del hombre a quien amé
durante más de un lustro 
y me confiesa que ya no está con aquella novia 
que era tan grande como él.
Hablo con él y me enamoro,
como en todos los sueños,
porque tiene una sonrisa que
rompe la voluntad y los tejidos,
pues estamos desnudos el uno frente al otro
preguntándonos por dónde empezamos
y acabamos, por lo visto,
y es que ahora estoy 
en la recepción de un hotel 
en cuyo patio va a comenzar una fiesta:
analizo la orientación del sol
para saber dónde no debo ponerme.
Ando por la calle con Eva
y le cuento que el otro día vi a una amiga suya.
Hace aire, un aire muy agradable,
un aire con el que me elevo y vuelo
como si estuviera sentada en una silla sin silla,
vuelo sentada y hacia atrás
y veo desde arriba a Eva, y también a Ana,
y las tres charlamos como si nada
en dos alturas diferentes.
Les digo que eso de volar no es que sea habitual en mí
pero que tampoco es tan raro, que a veces lo hago,
que en mis sueños de antes lo hacía muchísimo
y ellas me dicen que sí, que sí, que sí…
que lo saben y que, por piedad, 
no me repita tanto.
De nuevo estoy en la recepción del hotel 
y paso al patio donde ya ha empezado la fiesta.
Aunque, en general, la gente va muy arreglada,
conozco a un hombre que lleva una camisa hawaiana
y que, a pesar de eso, me resulta tan atractivo
que no puedo dejar de oler su boca y su pecho
y hablo con él y me enamoro…
como en todos los sueños.

¿Qué hacer con Freud además de matar a Freud?
Elena Román.
Ediciones Liliputienses, 2017

sábado, 28 de octubre de 2017

La España sin transición


LA ESPAÑA SIN TRANSICIÓN
Mi suegra va a misa cada domingo
y a mí me gustaría creer, al menos, 
en Pablo Iglesias. Pero apenas me queda 
esperanza en las propiedades 
curativas de la cerveza y en las faltas 
escoradas al borde del área.

Mi abuela iba a misa de vez en cuando
o la veía por la tele desde la cocina.
La pobre creía en Azaña y Felipe 
y cada vez que votaba se ponía nerviosa
por haber aguantado callada
cuarenta años de miedo.

Sería gracioso si no diera pena.

Vivió más que de sobra para enterarse
de que Azaña se volvió loco en Francia
e iba por los pasillos buscando papeles
que no existían con los que hacer gestiones 
imposibles que, de todas formas,
llegaban demasiado tarde.
(Pobre viejo chocho progresista).

Pero por suerte se murió antes 
de saber cómo acabó González.

Yo supongo que moriré demasiado tarde:
sin abuela, ni Azaña, ni Guevara,
ni Felipe o Guerra ni, por supuesto,
misa, padres, suegra, patria ni iglesias.
(Poema inédito)