ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


lunes, 7 de mayo de 2018

LAS VERDADERAS MANADAS : LAS DE ARIEL ROT Y ANA PÉREZ CAÑAMARES.


Por suerte, "La manada" sigue dejando su rastro por los medios. Y digo por suerte porque eso significa que tanto la fiscalía como la víctima (sin duda, una valiente) van a recurrir la sentencia.
Es un caso muy importante, que está dejando al descubierto el funcionamiento del sistema judicial, de los medios de comunicación y de ciertos grupos de Whatsapp de "hombres". Ojalá, insisto, este debate se asiente en nuestras conversaciones, redes y medios, porque eso significará que continúa la protesta contra la sentencia y que los intentos de webs de acosadores como Forocoches no han conseguido el objetivo de amilanar a la víctima ni los cipotudos victimistas tampoco han logrado imponer su paranoia acerca del peligro del feminismo hacia todo lo establecido. 
Resultado de imagen de la manada somos nosotras
Sin embargo, siempre que he podido me he referido al conocido grupo de amigos sevillanos como "La Piara" y, a falta de otro mejor, sugiero que lo usemos como sustituto. Eso nos permitirá recordar que una manada puede ser un grupo de amigos o amigas muy unidas, sin necesidad de connotaciones repulsivas. O también que fue (y es) el título de una preciosa canción y de un gran disco de Ariel Rot, por cuya elección ha llegado a pedir perdón, a pesar de que, como decimos, no tiene por qué remitir a un grupo de abusadores machistas y, en cambio, contiene, sin duda, una de sus mejores canciones:

Pero, sobre todo, que, como reivindica el movimiento feminista "La manada sois vosotras". Y para no olvidarlo vaya este poema de Ana Pérez Cañamares:

LA MANADA
Todas las perras que una vez han sido
venimos esta noche a tu ventana.
Con pulgas, cicatrices, sin collares
barro en las patas, sangre en pezuñas.
De cada sombra una perra emerge.

Nos quitaron camadas, nos pusieron cadenas.
Nos dejaron sin linaje ni genealogía.
Para poblar colonias les parimos esclavos.
Creyeron que el abandono sería nuestra muerte
pero de las cunetas aprendimos memoria.

Sé fiel a tu ladrido: alimenta a tu loba.
Levanta el hocico como una brújula.
Apunta las orejas siempre al cielo.
No disputes la caza con tu hermana.
No des a luz cómplices; respeta tus colmillos.

Y así hallarás en ti lo que tienes de manada.

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