ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


viernes, 11 de mayo de 2018

Algunos poemas de "Ventana de emergencias" de Ángel Manuel Gómez Espada

Resultado de imagen de ventana de emergencias angel espada

VISITA INESPERADA

No vengas, Inspiración, esta mañana
golpeando a mi puerta. No quiero
verte derribando mis templos.
Debo terminar lo que estoy haciendo:
lavarme los dientes, poner café,
estudiar un rato mis oposiciones,
reordenar un poco las esquinas
de mi vida, llenas de mugre,
de recuerdos tiernos, pero inútiles.
No vengas a despertarme temprano,
no digas toma, escribe, aquí tienes
tu mejor poema. Si te acercas ahora
por mi cuarto, te echaré por la ventana.
Hoy no tengo cuerpo para la poesía.

Y, sin embargo, en este antepenúltimo verso
comienzo, inquieto, a escuchar tu risa.

Mira que llegas a ser puta, amiga mía.


POÉTICA
Leer un poema cojonudo, 
de esos que te desordenan 
las tres o cuatro verdades del día. 
Querer envolverlo, 
emularlo, 
rumiarlo. 
Y después de muchas vueltas, 
conformarte 
con lo poco 
que has dejado escrito. 
Y rezar un tanto 
para que los demás 
no noten 
el jodido fraude.


VENTANA DE EMERGENCIAS
Amanecer es una ventana de emergencias.
JAVIER FIGUEREDO

Ventana de emergencias
para cuando el mundo se equivoque.

Amaneceres como bombonas de oxígeno
para incondicionales apneicos.

Si no fuera por ellos.
Si no fuera por ellas.

NUNCA busques supervivientes
entre las ruinas.
Podrías encontrar
a quien menos te lo esperes.

A ti mismo,
por poner un ejemplo.



HACÍAMOS equilibrios sobre cráteres
los domingos por la tarde,
mientras comíamos palomitas
y nos untábamos los dedos de besos.
Hablábamos de ayer y de fútbol
de lo que no regresará,
que es el porvenir.

El lunes era el abismo,
el lugar maldito,
la cola del paro que nos aguardaba
al final del precipicio,
mientras nos preguntábamos
qué habría tras el cráter,
cómo sería dejarse caer
y ya.

DISNEYLANDIA

Cuando regreso del trabajo, ya estás despierta.
Mientras te duchas, preparo el desayuno.
Después te vas al trabajo, y yo me acuesto.

Pero antes me gusta que me arropes y me des un beso
que nunca sabemos si es de buenos días o buenas noches.

Cuando alguien nos habla de tener niños, reímos al unísono,
ante la mirada atónita de los detectives privados de turno.

Queréis Disneylandia, pero Disneylandia no existe.
Es una marca.
Y nadie vive dentro de una marca,
¿verdad?


CUENTO los segundos
desde el rayo al trueno.
Pasa mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario