ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


lunes, 14 de septiembre de 2015

Presentación de "Los hombres me han tratado bien" de Myriam Rubio



Cuando logren apartar los ojos de la bellísima ilustración de portada, realizada, igual que los vídeos que hemos disfrutado hace un momento, por Miguel Pedrero, quizá alguno de los presentes abra Los hombres me han tratado bien y observe que esta obra, además de los 36 autores masculinos y la musa, compiladora y autora principal, lleva un prólogo que comienza con estas palabras:
Al empezar a escribir estas líneas, servidor no puede evitar sentirse como el anfitrión que, en mitad de una bulliciosa reunión alegre de amigos, se ve obligado a apagar la música y ordenar silencio para hacer un brindis que sabe, seguro, inoportuno pero que considera necesario. Intentaré, eso sí, ser suficientemente breve como para que la fiesta no decaiga.

Esta imagen, elegida un poco al hacer hace mucho tiempo, ha resultado mucho más profética o, al menos, acertada de lo esperado y hoy parece aún más inoportuno extenderse e interrumpir una fiesta que si en el libro se podría considerar metafórica, hoy tiene bastante de literal. 

Sí que me gustaría decir que este es el tercer prólogo que publico y, sin duda, el que más trabajo me ha costado, pues primero tuve que comprender en qué consistía el proyecto, cuestión más compleja de lo que parece, y después intentar explicar de forma algo pedante lo que no dejaban de ser, y me van a permitir ser pedante, simples pero precisos mecanismos del corazón de Myriam.
Por eso, la tentación hoy era hacerles un resumen del prólogo que tanto me costó, pero al final he decidido cambiar de estrategia: primero porque todo lo que quería expresar ha quedado allí y, sobre todo, resulta absurdo que os haga un resumen teniendo en cuenta que todos, absolutamente todos, vais a comprar y leer el libro. Incluso el prólogo.

Sí que me gustaría insistir en alguna idea básica: 
1- Los hombres me han tratado bien es una antología literaria publicada con fines solidarios, surgida a raíz de otra antología también solidaria: en este caso, el cuaderno encargado por Solidaridad Plasencia en las Navidades de 2012 con el objetivo de recaudar fondos para los más desfavorecidos. Por eso, entre otros motivos menores como la amistad, la admiración, el cariño o la afinidad literaria, es un orgullo haber formado parte de ella.
2- El proyecto consistía, básicamente, en una vindicación por parte de Myriam de figuras masculinas haciendo lo que mejor deben hacer los hombres para reivindicarse: portarse bien, especialmente con mujeres que se lo merecen, como es el caso.
3- Esta es la única antología capaz de reunir a los dos placentinos más universales allende sus murallas, Gonzalo Hidalgo Bayal y Roberto Iniesta. Y solo por eso merece la pena.

4- El resultado es una "antología viva de poetas", la mayoría oficial u oficiosamente vivos y con algunos que, circunstancialmente, se puede decir que ya no están con nosotros pero de lo que, si me permiten que me ponga moñas, tampoco se puede decir que hayan muerto. No, al menos, creo, mientras les sigamos recordando, leyendo y, en cierta manera, reescribiendo. 
Así que, desde aquí, un saludo a los amigos presentes y ausentes.
Esto de antología viva de poetas no es una forma de hablar o, si lo era, al igual que la imagen del principio, también ha dejado de serlo: este libro está tan vivo que siguió sumando nombres cuando parecía estar cerrado.
Incluso una vez que, por ejemplo, yo ya había entregado el prólogo y que, hoy mismo, sigue tan viva que ha tenido que adelantar la hora en que iba a tener lugar para atender al acto solidario que tendrá lugar a las 21:30 en el Alkázar.  Por tanto, otro motivo para ir terminando.
5- De hecho, está tan viva que, con su permiso, voy a leer un Whatsapp recibido casi, casi en riguroso presente por uno de los autores participantes con más futuro: Jaime Hernánez, miembro del grupo Farragua:
Quería darte las gracias, Myriam, por el gesto tan bonito de publicar tu libro. Hacen falta más detalles como este para que nos conciencemos de que realmente somos UN mundo y no EL mundo.
Me siento orgulloso de haber podido colaborar, sobre todo al saber que todo va a esta asociación y, por tanto, que he podido aportar mi granito de arena.
Seguiremos en la lucha haciendo el camino, porque nuestras huellas jamás se borrarán si lo que sentimos es así, sincero y bueno.

Ya sé que dije que no iba a recurrir al prólogo publicado pero este es un libro tan vivo, que obliga a improvisar y, preparando esta intervención, me di cuenta de que el último punto se llamaba:“Estamos locos y festejamos nuestra necedad”. Como podrán suponer, no puedo no leerlo: porque esto es justo lo que somos y exactamente lo que estamos haciendo en este instante.

Como ya nos explicó Harold Bloom en su canónica obra Cómo leer y por qué:
“Leer bien (…) hace que uno se relacione con la alteridad, ya sea la propia, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. (…) Leemos no sólo porque es imposible conocer a toda la gente que quisiéramos, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la falta de comprensión y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional.”
Esta observación puede servirnos de base para sentenciar que Los hombres me han tratado bien es el retrato de un yo construido durante años en la alteridad que, paulatinamente, gracias a sus lecturas, vivencias y encuentros, ha ido puliendo un estilo personal y una obra preñada de influencias que, ahora, engendra también muchos seguidores (lean y notarán el círculo vicioso del influjo lírico). Pero, sobre todo, es una prueba de amistad invulnerable que ha vencido al espacio, al tiempo, a la falta de comprensión y, en definitiva, no tiene la más mínima intención de menguar o desaparecer.
En fin, como todo orador inoportuno, he faltado a la promesa que les hice al principio y va siendo hora, definitivamente, de finalizar el brindis que pretendí hacerles creer que sería breve. 
Y, ahora sí que sí, la fiesta debe continuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario