ARREBATOS ALÍRICOS

Me fui sobreviviendo como pude

(José Luis Piquero)


martes, 7 de enero de 2025

Algunos poemas de DE CUYA VIDA (Loida Ruiz)


 
HA TRAÍDO EL FIN DEL ESTÍO los frutos tardíos de septiembre

mi padre se desgrana en 613 semillas
mi padre es una granada que brota este otoño
y se pudre cada invierno

DONDE TODO LO LLENAS comienza a crecer la
oquedad
¿y qué quedará mañana del ayer?
mañana
de repente
todos habremos envejecido 
mil veces

Y LAS PALABRAS
una tras otra
no se pronuncian
ni el derrumbe
que barruntan:
nosotros que estamos muriendo
eterno tú
que nos diste la vida
dime cuál es el lugar al que se retorna

VOLVEREMOS AL HOGAR PRIMIGENIO Y
en su prístina pureza
recordaremos 
nuestro nacimiento
el don de sumergirnos en el éxtasis
de la nada

Y ES TU NOMBRE TAN DOLOROSO YA 
que casi no puedo pronunciarlo
antes 
que todo lo ocupaba y en todas las cosas se mostraba
qué cercano qué nuestro
y ahora
apenas
una palabra

HE DEJADO DE SER LA NIÑA
que lloraba
ante el miedo de que sus padres
murieran algún día

De cuya vida.
LOIDA RUIZ
Ediciones En Huida, 2024

lunes, 6 de enero de 2025

Algunos poemas de LA BALADA DE LA SOLTERA (Ana Patricia Moya)

I

Es la soltera

corazón descosido,

una balada

sobre casa vacía

y útero que llora.


III

Que son tus dedos

el amor que te falta, 

triste soltera.


V

Bajo la colcha,

Soltera, acaricias

tu gran soledad.


LA CAMA

Este útero

de tela que tan sólo

gesta soledad.


EL (NO) LUGAR

Quizás, soltera,

no es sitio seguro

el amor manso.


EL DESAFECTO

Lo llaman amor,

soltera, y tan sólo

es hambre de piel.



PLANES

Imaginaba los treinta con nómina mensual fija,

una hipoteca que sustentara un techo compartido,

con las habitaciones a rebosar de fotos de viajes

y con una biblioteca en constante crecimiento,


y aquí estoy, con la sombra de los cuarenta

sobre mi nuca, llorando frente al espejito

mientras me quito pegotes de cera y cavilo

en cómo ocupar el lunes (quizás repase la cocina,

quizás me entretenga con el temario de oposiciones

o quizás salga a la calle a caminar sin rumbo),


 

aquí estoy, resistiendo a la precariedad, a las embestidas

de hombres y mujeres sólo dispuestos al placer puntual,

en la misma casa familiar, con las mismas fotografías

y con mis estanterías quedándose vacías,


porque nadie nos preparó para el fracaso, nadie,

porque nadie nos explicó qué hacer con la vida

—ese chiste de mal gusto—

cuando se nos escapa por el sumidero.



Segundo plato:

eso he sido siempre.

Postre reservan

antes de devorarme 

sin ganas y sin amor.


LA BALADA DE LA SOLTERA.
Ana Patricia Moya.
Averso, 2023