miércoles, 29 de octubre de 2014

Un POEMAZO de Ulla Hahn

Resultado de imagen de ulla hahn

Mi padre

¿Quién es?
preguntan mis amigos
señalando la foto en mi escritorio
del que está entre Salvador Allende y Angela Davis.
Es mi padre, que está muerto, respondo. 
Y nadie vuelve a preguntar.

¿Quién eres?
Pregunto yo al hombre
que ni en la foto del pasaporte sonríe
yme mira sobre el hombro
como si saludara a quien no le gusta.

Campesino, uno entre doce,
a los once dejó la escuela
donde había aprendido
a mirar hacia arriba
mientras bajaba la cabeza.
Encorvado
como un obrero sobre una máquina
o un soldado
al que han engañado
luchando contra Rojos.

Después de todo fue otro tiempo:
cree que no lo entendía.
Pero fue como un obrero sobre una máquina
o un padre de familia que iba los domingos a la iglesia
gracias a su mujer y la gente del pueblo.

Yo lo odiaba.

Y por las noches, cuando volvía de la fábrica
le gritaba palabrotas en inglés y latín
y sentada en la mesa de mis maestros
mientras el té me chorreaba de las manos
y mis rodilla temblaban le hacía chistes
sobre las patas de las máquinas que olían a aceite.

Difícil fue perder mi fe hasta que entendí y supe
que quería amarle hasta la muerte
de todos los culpables de su vida y mi odio.
A veces (cuando ya tenía la manta sobre sus rodillas
y estaba sentado en la silla de ruedas)
tomaba mi mano y mientras la medía con sus dedos y mirada
preguntaba cómo esperaba yo crear un mundo nuevo.
Contigo, le respondía, y levantaba mi puño con el suyo.

Luego hacíamos del tiempo cosa nuestra
y le contaba como una sexta parte del mundo ya era roja
y él valoraba cada parte una por una metódicamente.

¿Qué es?
Preguntaban mis amigos y yo respondía:
uno de nosotros.
Excepto porque el fotógrafo
olvidó que él me miraba y sonreía.

(Descubierta gracias al blog Transtierros y, más concretamente, gracias al gran Jorge Posada)

No hay comentarios:

Publicar un comentario