lunes, 9 de septiembre de 2019

Algunos poemas de ESTADO LÍQUIDO (de Antonio Rodríguez Jiménez)

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INVENCIBLE
Con cuidado te acuno entre mis brazos.
Te susurro al oído una canción cualquiera
y ya no tienes miedo.
Me fijo en tus pestañas,
en los ojos pequeños que miran confiados
porque me ven muy fuerte,
tan fuerte como yo veo a mi padre
después de tantos años,
con el torso desnudo, el vello blanquecino,
tumbado en esa cama rodeada de cables,
sin temores ni dudas,
tan fuerte como tú me ves ahora,
tan seguro y tan cierto
como siempre. Invencible.

DIVERSIDAD FUNCIONAL
Mi abuela no oía bien.
-Estoy sorda- decía si le hablabas,
abriendo bien sus ojos siberianos.
Entonces sonreía,
y su boca era un puente que salvaba los años
sobre tantas desgracias
hasta llegar a ti, todavía intacto.
Fue enfermera en la guerra, 
madre y ama de casa en los años del hambre.
Hoy sería una trabajadora con diversidad funcional.
Ella murió llamándola sordera.
Nunca se sintió víctima de su limitación.
De la pobreza sí;
también del miedo;
de ser mujer en un país de hombres.
-Estoy sorda- decía si le hablabas,
clavando en ti sus ojos siberianos.


ESTADO LÍQUIDO
¿Qué se puede esperar de la poesía,
si creció su semilla en la liturgia
extendiendo plegarias;
si fue la propaganda de castas dominantes,
adornada con mitos y leyendas
-lo recuerdas, Homero?
¿Qué se puede esperar de su discurso
romo para el análisis,
incapaz de explicar ningún misterio?
¿Qué se puede esperar de los poetas
que se creyeron dioses
por combinar sonidos y juegos pirotécnicos?
Que lo desbanquen tipos
con nombres de raperos
que, al son de su guitarra o de una flauta mágica,
se lleven a la masa tras de sí:
un río sin la fuerza ni el tiempo necesarios
para labrar su cauce.
Material desechable, mundo líquido,
ligereza fugaz de lo presente.


HÉROES
Aprendiste muy pronto que los héroes
suelen terminar mal y, con frecuencia, 
de forma prematura.
Por eso no quisiste hacer muchas preguntas
sobre aquellos lugares con alambres de espino.
En el lado adecuado de la valla
el mundo seguía siendo un lugar confortable,
con su inutilidad, con su belleza,
con las pequeñas cosas que nos hacen sufrir
de vez en cuando.

¿Qué más se puede hacer?
De todas formas, siempre habrá chimeneas expulsando humo negro,
un mar que arroje muertos
de una guerra lejana.
Nada depende sólo de ti.
Suceden cosas.
Todo empieza a torcerse de repente,
en otro sitio, siempre en otro sitio,
y algunas vidas saltan en pedazos.
Aunque a este lado de la valla,
el lado bueno,
el mundo siga siendo un lugar confortable.

Estado líquido.
Antonio Rodríguez Jiménez.
La Isla de Siltolá, 2017.

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