domingo, 4 de septiembre de 2016

La Extremadura vacía: Ibarra vs Extremoduro

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"El populismo en España siempre se ha vestido de chico de pueblo que triunfa en los estudios y vuelve a su tierra para beber vino del porrón de sus abuelos. Juan Carlos Rodríguez Ibarra se hizo con una mayoría absoluta y se convirtió en lo que pronto se llamaría un barón: un líder territorial con mucha fuerza y apoyo en su comunidad que le permite influir en el partido nacional. Fue presidente de la Junta de Extremadura durante casi veinticinco años. Fue el barón de los barones, y hay quien sostiene que, durante su baronesado, diseñó (quizá sin quererlo, por la propia inercia del poder y el carisma) un sistema clientelar no muy distinto al de muchos caudillos de Latinoamérica.
Para la nueva Extremadura, la que tenía una bandera, la que había descubierto una identidad, la que vindicaba su habla, había varios estigmas que eliminar. Rodríguez Ibarra triunfaba con sus promesas de modernidad. A finales de la década de 1980 empezó a sonar un grupo de rock de Plasencia llamado Extremoduro. Hacían un rock muy bronco, de inspiración punk, con cantos a la politoxicomanía y a la deshinbición sexual, asuntos muy lógicos si se conoce Plasencia y se sabe que es una de esas ciudades-catedral tan propias del interior de España (como Sigüenza, Tarazona, Segorbe o Calahorra), dominadas durante siglos por la curia y con una vida social vigilada y dictada por la iglesia. Extremoduro era la catarsis que un burgo como Plasencia necesitaba en una década en la que las catedrales de la España vacía empezaban a caerse a pedazos."
La España vacía.
Sergio del Molino.
(Turner Publicaciones, 2016) 

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