viernes, 7 de noviembre de 2014

Tres poemas de "Lectura del mundo" Enrique Villagrasa

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Facebook lee antes la voz del poeta.
Twitter es su eco. Y en mi mirada queda
el naufragio azul de tu gesto altivo.

El verso es verso en el cáliz del poema,
cuando lo lees. Cuando abres la puerta y sales
a jugar con la vida, no conforme con Google.

El sueño de una sombra que te nombra
del olvido, del azar, del silencio. Desde
Burbáguena, donde el Jiloca suena cerca
y siempre... siempre está por llegar.

Mil trillones de zeptosegundos por tu mirada.
Pues el Higgs no me explica por qué no me amas.
Dejo de soñarte. Dejo de escribir el poema,
el poema que me revela el sueño que te sueña.

XI

El poeta dibuja su entrada en el poema,
el umbral por el que accede al verso;
y al dintel infinito trata de acercarse
a través de la palabra no dicha,
del silencio sido. Muerte y vida: origen,
infancia en Burbáguena, camino de la viña.
¡Todo es un juego! Balbuceo del ser
en la página no escrita. ¡Vuelo a ser niño!

Tu madre coge rojas cerezas y recreas
la creación artístico del mundo. Y bebes
del recuerdo. Capta el momento el iPhone.

CODA
(...)

II
La cuarta persona gramatical proyecta
un holograma poético gigante
en el límite del espacio-tiempo.

¿Acaso el verso no es un estado vibracional?
¿Y el poema no es un horizonte de sucesos?

La poesía siempre será lectura del mundo.

Lectura del mundo, de Enrique Villagrasa, publicado en la Colección TIERRA de la ISLA DE SILTOLÁ.

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