Hoy sale a la venta el disco póstumo de Leonard Cohen, Thanks for the dance. Se trata de una colección de 9 canciones armadas por su hijo Adam a partir de los recitados que dejó esbozados su padre. La tercera pista del álbum es "The night of Santiago", una recreación del poema "La casada infiel" de Federico García Lorca, a quien el canadiense idolatraba (no olvidemos que su hija se llama Lorca y a este autor dijo deber casi toda su voz como poeta en su célebre discurso al recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Letras).
Dejo a continuación el poema original de Lorca y la partircular versión de Leonard:
LA CASADA INFIEL
Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
*
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
THE NIGHT OF SANTIAGO
She said she was a maiden
That wasn't what I heard
For the sake of conversation
I took her at her word
The lights went out behind us
The fireflies undressed
The broken sidewalk ended
I touched her sleeping breasts
They opened to me urgently
Like lilies from the dead
Behind a fine embroidery
Her nipples rose like bread
Then I took off my necktie
And she took off her dress
My belt and pistol set aside
We tore away the rest
The night of Santiago
And I was passing through
So I took her to the river
As any man would do
Her thighs they slipped away from me
Like schools of startled fish
Though I've forgotten half my life
I still remember this
Now, as a man I won't repeat
The things she said aloud
Except for this, my lips are sealed forever
And for now
And soon there's sand in every kiss
And soon the dawn is ready
And soon the night surrenders
To a daffodil machete
I gave her something pretty
And I waited till she laughed
I wasn't born a gypsy
To make a woman sad
The night of Santiago
And I was passing through
I took her to the river
As any man would do
The night of Santiago
And I was passing through
I took her to the river
As any man would do
I didn't fall in love of course
It's never up to you
But she was walking back and forth
And I was passing through
When I took her to the river
In her virginal apparel
When I took her to the river
On that night of Santiago
And yes she lied about it all
Her children and her husband
You were born to judge the world
Forgive me but I wasn't
The night of Santiago
And I was passing through
I took her to the river
As any man would do
The night of Santiago
And I was passing through
I took her to the river
As any man would do
The night of Santiago
And I was passing through
So I took her to the river
As any man would do
The night of Santiago
And I was passing through
So I took her to the river
As any man would do.
Sin embargo, me sigo quedando con la versión de Jon Juaristi en Diario de un poeta recién cansado:
LA CASADA INFIEL
Un día de Aberri Eguna
me puso en un compromiso.
Después vivimos una historia
de amor, maría y luna llena
frente a la playa de Zarauz
que habría matado de envidia
a cualquier arábigo-andaluz.
Yo me la llevé a la playa
la noche de Aberri Eguna,
pero tenía marido
y era de Herri Batasuna.
Me porté como quien soy,
como un euscaldún legítimo,
y para olvidarla pronto
le regalé un prendedor
con un verso, una icurriña, una pluma y una flor,
y un libro de Patri Urkizu
forrado en raso pajizo.
Diario de un poeta recién cansado (1985)
me quedo con el de Federico, dónde está la potra de nácar y los peces sorprendidos....en la versión de Jon :)
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