lunes, 27 de noviembre de 2017

Dios y el botones: autobiografía de Gloria Fuertes


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Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.


El libro de Gloria Fuertes: antología de poemas y vida.
Gloria Fuertes.
Blackie Books, 2017.

martes, 21 de noviembre de 2017

Entrevista 12&21 en La Galla Ciencia


En este enlace podéis leer la entrevista que me han hecho en La Galla Ciencia. Un placer enorme contestar su cuestionario y figurar en su web.

lunes, 20 de noviembre de 2017

"20 de noviembre" (poema de Ana Pérez Cañamares)


VEINTE DE NOVIEMBRE
Te fuiste a morir en la misma fecha
que aquel que te había jodido la vida;
nada personal por su parte:
te la jodió a ti como a tantos otros.
En el momento me pareció una coincidencia
con más mala leche que otra cosa:
una ironía fúnebre,
una carcajada de la calavera.
Pero luego pensé que tú reirías la última,
que noviembre sería el mes de las madres
que guardan la ternura y la dignidad
en un cofre rodeado de pinos y regatos;
no el mes de los que se van entre tubos,
ajenos a la muerte como estuvieron ajenos a la vida,
y que yacen incorruptos admirando
la solidez del mármol.
Una última cosa, madre:
sé por ti que hay ideas que atentan contra el corazón.
Dicho de otro modo:
tener corazón no permite tener ciertas ideas.
Y ninguna otra vida
ninguna otra muerte
me convencerá de lo contrario.

domingo, 19 de noviembre de 2017

"La familia de Juan Carlos I" (un poemazo de Luis Bagué Quílez)

Antonio López: “Quería representar a una familia española” | Cultura | EL  PAÍS

LA FAMILIA DE JUAN CARLOS I

Una familia más.

Mejor un fondo blanco.
Ningún fondo mejor
para este trance hipnótico
de ver lo que no existe.

Di patata. Di Luis. Mira qué pintas.
Somos tan naturales que da miedo.
Se congeló la imagen, se nos heló
                                                              la risa
tras la resaca del 92.

Juntos la tradición y el porvenir,
naturaleza muerta y cuadro de costumbres. 

La eterna controversia
entre el tiempo real y el relativo.

Antonio López mira, corrige, se retrasa.
Lo apremian con plazos. A veces está a punto
de abdicar.

Que los juzgue la historia.

Clima mediterráneo.
Luis Bagúe Quílez.
Visor, 2017.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Campos de amapolas blancas

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A mí me quedan los eslabones del tiempo en la memoria; la espinela, los tribunos de la plebe, la náusea, ay, infelice, Butch Cassidy and the Sundance Kid, das Ewigweibliche, la mansarda de Les Halles, Charlie Parker, "Lucy in the Sky with Diamonds", el sueño de la script, una sonrisa triste y bondadosa y la persistencia plural de la lluvia, la lluvia que se esconde en las palabras y los libros, la lluvia que azota la ciudad y las ventanas, la lluvia que cae sobre el olvido y la ceniza. Por mi parte, he contemplado campos de fresas, de trigo, de algodón, oigo a veces el sonido compacto de Strawberry Fields Forever, he sabido de campos de batalla, magnéticos y santos, pero, por más que miro a los lados de la carretera cuando viajo en coche por tierras de murgaños, aún no he encontrado campos de amapolas blancas.
Campo de amapolas blancas.
Gonzalo Hidalgo Bayal.
Tusquets 

viernes, 10 de noviembre de 2017

"Cigarrillos, whiskey y mujeres salvajes" (Anne Sexton)

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Tal vez nací de rodillas,
nací tosiendo en el largo invierno,
nací esperando el beso de la piedad,
nací con cierta pasión por la rapidez
y así, cuando las cosas progresaron,
aprendí sobre la empalizada
y lo que se saca fuera, el  gas de la enema.
Por dos  o tres aprendí a no arrodillarme,
a no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra
donde no hay nadie a quien susurrarle o acostar a morir
excepto las muñecas, perfectas y terribles.

Ahora que escribí muchas palabras,
y revelé tantos amores, y para tantos,
y he sido enteramente lo que siempre fui –
una mujer de exceso, de fervor y ambición,
encuentro que el esfuerzo fue inútil.
¿Acaso en estos días
no miro al espejo y veo
a una rata ebria esquivarme los ojos?
¿No siento tan intenso el hambre
que moriría antes de mirarla a la cara?

Me arrodillo una vez más,
por si acaso la piedad llegase
justo a tiempo.

jueves, 9 de noviembre de 2017

"Uno" (poema de Úrsula Rodríguez)

Ya he mencionado alguna vez en este blog la antología Piedra de toque: 15 poetas emergentes de Extremadura, seleccionada y editada por Daniel Casado. En cualquier caso, recordemos, por ejemplo, esta entrada en el blog de Simón Viola y repitamos mi agradecimiento por elegir "Carta abierta de lo que quedaba del Víctor Peña de 19 años al actual Víctor Peña antes de desaparecer para siempre".
Junto con Víctor Martín, Álex Chico, Francisco Fuentes o Urbano Pérez, otra de las autoras seleccionas era Úrsula Rodríguez, quien, amablemente, nos ha cedido este poema y esta foto para aparecer en Arrebatos Alíricos. Muchas gracias también ella.



Uno

Mi voz no clama en el desierto.

El silencio reverbera,
repite ecos
que son vacíos
que están llenos
de mí.

Me espero al otro lado
de la ausencia.
Aguardo la luz
y la sombra
en el umbral del verbo.

Abro la boca que devora
la eternidad del segundo
en el que respiro
la luz
en la que me encuentro.

Soy un latido perdido del
universo.
Reflejo de ti.

Hablo del otro que somos
y soplo.
Me cre-e-a-s
Te creo.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

"ÉL" (un poema de José Luis Piquero)

Resultado de imagen de jose luis piquero Es la naturaleza, dice alguien. Otro: está en mi interior

ÉL
Vertebrado Gaseoso, le llamaba
un personaje -Eustace Barnack- de Huxley.
Aunque, después de todo, ¿qué sabemos de él?

Poca cosa. Mejor no preguntar
a los curas: son parte.
De las beatas y de los poetas
no sacaremos nada.
Y todos esos libros,
bueno, son divertidos, con tanto asesinato.

Es la naturaleza, dice alguien.
Otro: está en mi interior.
En todas partes. Está en ti. Se ha ido.
Es todo amor. Es el puro misterio.
Mataría por él. Moriría por él.

Diablos, ¿y a quién le importa?

Mucha tarea obligatoria
no nos hace mejores, como está comprobado,
y cuantas menos causas mejor se explica todo. Venga, dejémoslo:
ya tengo mi dragón en el desván.
Es preferible
escribir uno de esos poemas de la infancia,
ir a dar un paseo.
Y si alguien dice algo, disimular un poco.

Pero este cielo tan azulo... ¡Oh, Tierra!
¡Oh, Hijo de Puta,
pero qué listo eres!

Tienes que irte.
José Luis Piquero.
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2017

martes, 7 de noviembre de 2017

Unos poemas de DOLIENTE (Patricia González López)


La primera vez sentí cosquillas
la segunda rutina
la tercera dolor
la cuarta, desdicha
me quedó
la foto
de la sangre
en la bombacha
la patente
el poder del dolor
la contradicción del placer
el miedo al deseo
la naturalidad del asco
el permiso a cualquier cosa
y la exageración del perdón,
el abuso es el otro.

El shampoo de la abuela
alargado con agua
el mismo mantel blanco calado
con colitas de cuadril
familia estable,
guerra de banderas
Cuervos y Bosteros unidos con cinta aisladora.
Champagne con speed y matambre
eternos Abba o cumbia.
La nueva generación ríe más
ensaladas de arroz en cada plato
entre los escombros
un cable y una lámpara
de la obra para la que no alcanzó
el conformismo de todos.
Ganas de bailar bajo la parra
a la tía no se le cayó el culo
ni a mi vieja la dignidad.
Trabajamos para tener
dos vasos por comensal
el sacrificio tiene sus frutos nuestro legado
por eso esta vez cordero
uvas en la ensalada de fruta
cerezas y arándanos;
repelente para todos
y ropa a estrenar;
aunque en obra,
nadie podría negar
que somos felices.

Ni Muy Trillado

No me enseñaron a quererme
me enseñaron lo que hay que hacer para ser querida
me enseñaron a ser objeto de placer de lo contrario una inútil
me enseñaron a ser deseada
a querer ser partida
me enseñaron a mostrar las piernas
me enseñaron que soy lo que disponga un grito de calle
me enseñaron que la bondad es decir que sí
que es un juego de minita decir que no
que soy la responsable de la voluntad del psicópata
me enseñaron a asumirme culpable de mi primera violación,
que mi trauma es la absolución de la segunda
el hostigamiento no es tanto si el niño es sufrido
el violador es menos violador si el niño ultrajado
que quizás un poco me guste el manoseo de tren
si la violación es colectiva es porque quiero fiesta
soy culpable del estado analfabeto
de la comicidad de algún funcionario virgen que no entiende
del vaciamiento corporal
culpable de la soledad estructural de mi alma
culpable de haber aprehendido la sumisión como respeto
culpable de la vergüenza
de pedir ayuda
quizás deseo sufrir
quizás me merezco el bife
algo habré hecho
la culpable soy yo la culpable soy yo la culpable soy yo
por creer que no va a pasar
nunca más que se va a disculpar
soy habitante de la falocracia
me enseñaron venderme al mejor postor
que por lo menos me pague el café
que me de un techo que invite la cena
que me coja
que me traslade
que me quiera seguir cogiendo
que me quiera solo para él
que me cele, que me grite, que me parta, que me encierre,
me prohíba me sacuda me mate
siempre por pasión.

Dicen que soy buena porque papá me abandonó
y mamá me la hizo difícil,
yo hubiera preferido ser caprichosa.
Dicen que soy independiente
por sacarme el barro en soledad
yo todavía sueño con ser consentida.
Dicen que me entrego mucho,
la falta anuló mis chanches de ahorrar amor
yo hubiera hubiera preferido ser cuidadosa.
Dicen que soy especial
porque fui hecha de dolor
yo sigo soñando con ser una más.

Estás confundido con esto de rechazarme
soy ideal para vos
parezco perfecta
no rompo las bolas.
Me río y no por ser triste
trabajo
y soy infiel
pero puedo incluso esperar
a cansarme de que no me quieras
para saber que hay vida.
Te dejaría
que tengas romances afuera
lo que necesites
y mi devoción intacta.
Siendo de la lista,
la que rompe tu cama y la duerme
siempre sin exclusividad.
Puedo mantenerte, soy profesional
que vos planches guardapolvos
de hijos con tu cara
y la maldad de los dos.
Yo puedo llegar y verlos comer
el plato que nunca me preparaste,
cocinero mezquino.
Hasta hoy
nunca tuve que aclarar
que estoy enamorada
o algo así
como que me exploten las tetas al verte
sonreír durante meses
por regalar besos a la pared
desprenderle algo de polvo.
El bálsamo de mango no me cuida el brillo
ni hablar de tu piel
el jabón de manzanilla
no mejora el olor de mi espíritu.
Lo decidí
la onda es olvidar con dignidad
antes de perder la hermosura
la mirada con manchitas.
No te muerdo más
no te pido más
que me abandones de vez en cuando.

domingo, 5 de noviembre de 2017

ADAPTACIÓN AL 155

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ADAPTACIÓN AL 155

Acostumbrarse a las molestias diarias,
a que se mueran los abuelos.

Hacerse a la idea de que envejecen
los padres y maduran los amigos.

Andar un rato por las tardes.

Verse de pronto envuelto en un debate
sobre hasta cuándo es mejor dar el pecho.
Tener una teoría al respecto.

Apuntarse a cursos de idiomas
o al gimnasio y actualizar los blogs
al menos una vez a la semana.

Hacer la cama siempre al levantarse
y fregar antes de que se acumule:
hacerse fuerte en la rutina.

Ser un hombre a la hora de hacer colas:
no dejar que se cuelen las marujas
ni nos venza el desaliento.

Medir la vida en estados de Facebook
y la aceptación social en “me gustas”.

Abrir un plazo fijo a un interés
razonable y defender que conviene
una reforma fiscal moderada.

Seguir los partidos sin pegar voces.

Hacerse chequeos de vez en cuando,
que total no cuesta nada. Enterarse
de cuáles son los mejores productos
para mantener limpia la piscina.

Irse de vacaciones con los suegros,

Atender cuando oyes “señor”
por la calle. Aprender a hacerse el nudo
de la corbata y a arreglar los enchufes.

Entender por qué sube la hipoteca.

Asumir que es cada vez más difícil
cumplir el sueño de hacer un trío.

Gastar mucho menos dinero en libros,
reducir el tiempo de siesta.

Hablar en las reuniones de vecinos.

Aprovechar los descuentos del súper,
preferir los conciertos en teatros,
elegir cortinas de seda blancas
que combinen con la mesa camilla,
buscar porno duro gratis, cervezas
negras y ginebras de marca, vinos
con un ligero regusto a manzana
de nombre extranjero. Decir que es suave
pero con mucho cuerpo. Fijarse
en cómo va resbalando la lágrima.

Usar reloj.

Adaptarse, como todos, al 155.
Amortiguarlo con pastillas.

Apagar el despertador antes de que suene.

Ponerse camisa para ir a trabajar.

("Adaptación al 155 miedo" es un poema publicado en mi primer libro, La huida hacia delante, por La Isla de Siltolá en diciembre de 2014. Se puede leer aquí).

jueves, 2 de noviembre de 2017

"El viejo profesor" (Wisława Szymborska)

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Le pregunté sobre aquellos tiempos
en que éramos tan jóvenes,
ingenuos, entusiastas, tontos, inexpertos.

Algo de eso ha quedado, excepto la juventud
-respondió.

Le pregunté si todavía sabe a ciencia cierta
lo que es bueno y lo que es malo para el hombre.

La más mortífera ilusión posible,
-respondió.

Le pregunté por el futuro,
si lo sigue viendo claro.

He leído demasiados libros de historia
-respondió.

Le pregunté por la fotografía,
la del marco, sobre el escritorio.

Vivieron, pasaron. Mi hermano, mi primo, mi cuñada,
mi esposa, mi hijita sobre las rodillas de mi esposa,
el gato en los brazos de mi hijita,
y el cerezo en flor, y sobre el cerezo
un pajarillo volador no indentificado
-respondió.

Le pregunté si era feliz a veces.
Trabajo
-respondió.

Le pregunté por los amigos, si todavía los tenía.

Algunos de mis antiguos ayudantes,
que también tienen antiguos ayudantes,
la señora Ludmila, que gobierna mi casa,
alguien muy cercano, pero en el extranjero,
dos señoras de la biblioteca, las dos sonrientes,
el pequeño Gregorio de enfrente y Marco Aurelio
-respondió.

Le pregunté por la salud y por su estado de ánimo.

Me prohíben el café, el vodka, los cigarros,
cargar recuerdos y objetos pesados.
Tengo que fingir que no lo oigo
-respondió.

Le pregunté por el jardín y el banco en el jardín.

Cuando la noche es serena observo el cielo.
No deja de asombrarme cuántos puntos de vista hay ahí
-respondió.

Wisława Szymborska
Antología poética.
Traducción de Elzbieta Bortklweic
Colección Visor de Poesía