domingo, 8 de octubre de 2017

"Lost in Google Translate" (poema inédito publicado en Las Razones de la Poesía)

Hoy en "Las Razones de la Poesía", espacio del periódico La Razón coordinado por Pedro Alberto Cruz Sánchez, compartimos espacio el gran Álex Chico y servidor. En mi caso, con este poema inédito dedicado a Ernesto Filardi y sus followers:

Lost in Google Translate[1]

Todos queremos que nos encuentren.
Bob Harris


Los alemanes tienen una palabra
para expresar la nostalgia que uno
siente hacia el lugar donde nunca
ha llegado a estar. Es fernweh,
como quiera que se pronuncie.

En inglés tienen varios tipos
de sonrisa: entre ellos, smirk, con pocos
dientes, o grin, con muchos (¿demasiados?).

En algunas lenguas bantúes, ilunga
es quien perdona una misma ofensa
dos veces y a la tercera se enfada.

En tagalo, gigil es el deseo irresistible
de abrazar a alguien que es muy rico
o muy guapo. O ambas, a ser posible.

Schadenfreude: dícese de alegrarse
en alemán de las (pequeñas) desgracias ajenas.

Aware es para los japoneses esa
melancolía que se siente
al vivir un momento de belleza
fugaz y trascendente.

Por su parte, Koi No Yokan expresa
cuando conoces a alguien y sientes
que tarde o temprano os vais
a enamorar el uno del otro.

Cafuné, en portugués brasileño,
es el acto de pasar los dedos
a través del pelo de la persona
que amas. Por su parte,
los angloparlantes alucinan
cuando les explicas lo que es la “dentera”:

No tienen palabra para ese concepto.




[1] Poema escrito gracias a Ernesto Filardi y sus followers.

Sobre dicho poema escribe Pedro Alberto Cruz Sánchez en "Las Razones de la Poesía":
La poesía -que aparentemente todo lo abarca, que es capaz de nombrar hasta el más sutil e insondable de los sentimientos- no deja de ser lenguaje. Y el lenguaje -nos dice Víctor Peña Dacosta- es relativo, limitado, posee sus puntos ciegos. Dependiendo de la lengua elegida, hay matices conceptuales y emocionales que no existen. Porque no son los sentimientos los que construyen las palabras, sino las palabras las que construyen los sentimientos. Peña Dacosta traza así una cartografía de sentimientos únicos, de imposible traducción de un lenguaje a otro. Lo que considerábamos como "universal" -¿acaso no es capaz cada individuo de sentir lo mismo?- se revela ahora como local, contextualizado. La poesía es falible y, por tanto, esencialmente humana. Y, precisamente por esto, la era digital -y, dentro de ella, su principal buscador y traductor de palabras, Google- no solo no ha conseguido colmar estos "agujeros lingüísticos" y generar una superficie continúa, sino que los casos de incomunicación se han multiplicado. El estilo casi matalingüístico de Peña Dacosta explora estas "islas de sentido único" de una manera abracadabrante y reveladora.

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