José Luis Morante, gran poeta, magnífico crítico y antológico antólogo, ha reseñado, en su más que recomendable blog Puentes de papel, mi último libro, Diario de un puretas recién casado. Pueden leer su crítica completa en este enlace y, en general, no olviden visitar su blog que siempre merece la pena.
A los clásicos les sientan bien las zapatillas deportivas, así que Víctor Peña Dacosta (Plasencia, 1985) no duda en buscar el número adecuado para calzar su poemario con un préstamo de Juan Ramón Jiménez, con calzador festivo (...). Desde su primer poema, Diario de un puretas recién casado cruza el espacio de lo narrativo para construir una historia sentimental cuyas características más relevantes son la ironía, el sentido crítico, el humor y los abundantes referentes literarios, elementos singularizadores que ya se entrelazaron en salidas anteriores como La huida hacia delante (La Isla de Siltolá, Sevilla, 2014).
(...)El yo comprometido con la ideología del superviviente debe aceptar el sereno sedentarismo del funcionariado y el amoroso repliegue del guerrero que retorna después de la batalla a la rutina doméstica. Se reformula sin aspavientos aquella vieja cuestión del compromiso; el protagonista verbal enarbola la pancarta reivindicativa para cambiar la vida y transformar el mundo, con un poco de Marx y otro poco de Groucho; las palabras invitan al activismo, se apropian de las consignas que suenan en las plazas del ahora con la música de fondo de los cuarenta principales y gritan “Si se puede…” como si el incómodo alojamiento en el conformismo necesitase una semblanza de dignidad humana que nunca postergara el activismo. (...)
Víctor Peña Dacosta habla con timbre coloquial y convierte en un uso extraño el discurso de la solemnidad. No busca dejar en primer plano identidades vestidas con la ropa de marca de la épica sino con la talla de grandes almacenes del hombre común. En ese estar caben sentimientos y reflexiones aliñados con el toque digestivo de la ironía para que las verdades cotidianas sean más soportables. El buen amor –la buena compañía- ayuda a dar sentido a la grisura y plantea retos renovados que obligan a cada identidad a limar torpezas y a reaccionar contra lo reiterado. Esa contundente declaración de afecto se hace palabra en el poema “Variación sobre un viejo tema de Eric Clapton”; versos limpios que abren paso a una convivencia articulada en el tiempo poético, un árbol de raíces comunes nutrido por la savia del “nosotros”, dispuesto a soportar el paso de la temporalidad.
(...) Nada queda en blanco y negro en el itinerario de un amor en los tiempos del móvil; sale a la luz una caligrafía autobiográfica que desperdiga sus toxinas y su escepticismo con la sinceridad de un perdedor consciente, con el abrazo firme y la luz irisada de una sonrisa a punto.
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