Pido la paz y un par de cañas
Mi hijo murió con tan solo dos años
atropellado por José María Aznar
bajo los efectos del alcohol.
O por uno de sus votantes,
no estoy seguro. O tal vez por cualquiera
de los tarados que rieron la gracia
cuando salió en la tele farfullando
borracho “¿quién te ha dicho que yo quiero
que tú conduzcas por mí?”.
La verdad es que ya no me acuerdo
y tampoco importa. El caso es que a mi hijo
lo mataron en Bagdad con las bombas
de una guerra inexplicable
o después de que le quitaran
la ayuda a la dependencia
que necesitaba como el aire.
Y ahora no os hagáis los escandalizados
ni me llaméis demagogo
porque sois vosotros los que matasteis
a mi pobre hijo antes de que naciera
con vuestro silencio cómplice
y vuestros votos cargados de odio.
Así que vais a permitirme que al menos
no os lo perdone nunca. Igual que entiendo
que vosotros también me guardéis
rencor eterno por la parte que me toca:
somos rivales ideológicos, bastante
peor que ser enemigos políticos
o amigos interesados.
Ojalá algún día alguien se rinda,
saque al fin bandera blanca
y el otro no aproveche la victoria
para ver saciada su venganza.
Ojalá algún día acabe esta guerra
absurda que ya dura demasiado
y podamos vivir tranquilos
sin temer que todo lo tuiteado
pueda ser usado en nuestra contra
cuando lleguen la revolución o su opuesto.
Voy a cumplir con la parte que me toca:
pido la paz y un par de cañas.
BUENÍSIMO
ResponderEliminarJavi M.
Perdona, Javi: hasta ahora no había visto tu comentario... Soy un desastre pero te lo agradezco mucho.
ResponderEliminarUn saludo y espero que sigamos viéndonos por aquí (prometo contestar con más diligencia ;) )