lunes, 21 de septiembre de 2015

Gregorio Morán y los "aduaneros sociales"

No hay nada que no se pueda aprender o comprender si uno pone empeño y, a diferencia de un montón de gente que son de donde los echó su madre, algunos nos hemos tomado la molestia y tenemos el privilegio de ser de donde hemos querido ser. Una notable diferencia entre la obligación y la voluntad. Ente los hechos más patéticos que la experiencia nos ha colmado está aquel de encontrarnos con individuo de tal o cual lugar que cuando les decimos lo que quieren oír nos otorgan la bendición -"entiendes muy bien este país"- y cuando no coincidimos, es más, cuando rechazamos sus opiniones, nos espetan esta cómica coletilla: "Usted no conoce suficientemente este país". La invención del aduanero social -es decir, aquel que decide quién sabe o no sabe de su propia sociedad- es un producto reaccionario de reciente invención; no tiene más allá de siglo y medio de vida.
(artículo publicado en La Vanguardia el 24 de enero de 1998 y recogido en La decadencia de Cataluña

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