miércoles, 18 de julio de 2012

Los tontos y los malos


Esta misma semana, Elena Valenciano, número 2 del PSOE, ha declarado, sin el menor atisbo de vergüenza, que su partido no tiene “ninguna responsabilidad” en la crisis económica que atenaza a España. Quizás nos falte a todos, al menos a mí, la distancia suficiente para juzgar objetivamente la labor del ejecutivo de Rodríguez Zapatero en sus ocho años “en el poder” (entiéndase el entrecomillado sobre todo para la segunda legislatura) pero, por el momento, el vaticinio que hizo hace unos meses el crítico de cine Carlos Boyero durante el traspaso de poderes del pasado Noviembre parece indiscutible: “se van los tontos y viene los malos”. Y es que al anterior “gobierno socialista” (vid supra) se le debe acusar, como mínimo, de una clara incompetencia que lastró incluso las pocas cosas muy buenas que supo llevar a cabo, por ejemplo: la Ley de Dependencia, la ayuda a la emancipación, el matrimonio homosexual y el logro de una Radio Televisión Española objetiva y de calidad. Cuatro puntos que, como habrán notado, el Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene respectivamente bloqueados, suprimidos, recurridos y en proceso de “depuración ideológica”.

                Carezco de los conocimientos socio-políticos y la perspectiva histórica necesaria para sentenciar que estos cuatro puntos fueran los únicos importantes que Zapatero supo llevar a cabo entre un buen número de despropósitos económicos, pero sí me parece muy representativo que hayan sido de los primeros en caer bajo el rodillo “popular” (en estos momentos, entiéndase más que nunca el entrecomillado). Asumo que tres de ellos se justifican indirectamente, por las medidas de ahorro que, dicen, estamos abocados a adoptar. Pero intentar ahorrar en esos tres puntos y no en otros (Iglesia, Casa Real, grandes fortunas, clubes de fútbol…) así como en Educación y Sanidad, tiene un componente ideológico tan innegable como la purga de los medios públicos. Además, tanto estos puntos como la subida del IVA, la bajada del sueldo a los funcionarios, la congelación de las pensiones o la reforma laboral son medidas que, sin duda, van a perjudicar directamente a una amplia mayoría de ciudadanos.

                Alguno tal vez piensa que pretendo  defender a Zapatero en comparación con Rajoy. Por supuesto que no: en mi opinión, solo un pariente cercano, un afiliado al PSOE o un desinformado puede intentar defender la gestión de Zapatero. Eso sí, también creo que hay muy poca gente que pueda perder una comparación con Rajoy. En cualquier caso, lo repito: hasta un desinformado como yo sabe que si estamos en esta situación es en gran parte por responsabilidad directa del anterior gobierno. Más que por los recortes de Mayo de 2010, por la manía de repartir dinero de forma desproporcionada e injusta los años anteriores: recuérdese el cheque bebé para TODOS los que tuvieran un hijo, sin importar si ganaban varios miles o millones de euros, o la promesa en pleno debate electoral de dar 400 euros a cada español si ganaba las elecciones para movilizar el voto indeciso (algo que, tal vez por mi escasa memoria política, me parece de lo más sucio que he visto en democracia). Es decir, al menos en apariencia (y si conseguimos olvidar el método rastrero para ganar) el intento de mejorar las cosas fue lo que acabó por empeorarlas.

     ¿Quiero decir con esto que al PP no le importan los ciudadanos? En absoluto. Yo soy bien pensado por naturaleza, y doy por hecho que el Gobierno está igual de interesado que nosotros en salir de la crisis. También, he creído siempre que Mariano Rajoy debe tener una firme convicción política, que le ha llevado a aguantar un largo periplo en la oposición y, supongo, a tragar sapos y culebras en las cloacas típicas de la política a gran escala, teniendo la posibilidad de llevar un trabajo mucho más cómodo e incluso mejor pagado como registrador de la propiedad. Eso sí, la forma en que la ideología neo-liberal pretende ayudar a la mayoría es de forma indirecta: conseguir que cada uno luche por mejorar su situación económica producirá riqueza y, así, como quien no quiere la cosa, el país tendrá más dinero para los ciudadanos. Véase el caso de la amnistía fiscal, el Eurovegas o la libertad de horario para los comercios: que cada palo aguante su vela y a ver si hay suerte y, aunque sea remando cada uno para su lado, hay suerte y salimos de esta.
         Por supuesto que todo esto es una simplicidad pero, dado que la política es en gran parte un juego de apariencias, volvamos al juego de las caricaturas: Zapatero, al menos a mí, siempre me causó la impresión de ser un entrañable pero torpe bonachón que, por una serie de errores, había acabado en un puesto que no le correspondía. Una especie de Homer Simpson sin gracia al mando de una central nuclear de verdad. Por su parte, el PP desde que está en el gobierno parece un tío de resaca jugando a los SIMS: claro que quiere ganar el juego, pero si se le mueren unos cuantos muñequitos por el camino, tampoco es una tragedia.
     Ustedes saben también como yo que estas dos imágenes son absolutamente falsas: no olvidemos que pese a su aspecto de despistado bonachón, Zapatero ha sido el presidente del PSOE con mayor control sobre el aparato del partido, que prefirió confiar en su guardia pretoriana, aunque fuera en puestos alejados de su formación (Pajín, Trini, Elena Salgado), o aunque no tuvieran formación (Pepiño Blanco) y que, en cambio, cada ministro que sobresalía un poco acababa al instante en la calle (Caldera, Solbes…). No olvidemos tampoco que el aparentemente responsable registrador de la propiedad con voluntad de ayudar a su país no es capaz de sacrificar un solo partido de fútbol por un rescate económico, que se niega a dar explicaciones a los medios y que incluso recientemente ha adoptado un tono chulesco e irrespetuoso (véanse réplicas a Rubalcaba y Rosa Díez) que, si no llama la atención es por verse coreado por aplausos, vítores y tacos de una bancada  que parecen matones celebrando que son más y pueden abusar del resto.
     Porque Zapatero, por encima de sus innegables defectos, sí supo mantener las apariencias. Sí pareció que le importaba hacer lo que, dicen, tuvo que hacer, sí parecía lamentar haber sido tan torpe como para llevarnos al desastre. Y uno echa en falta al menos esa hipocresía, si quieren, o educación, si prefieren, pero que yo optaré por llamar respeto, en un Gobierno que lleva demasiado poco tiempo para estar cansado de fingir.
     Por eso, es justamente ahora, cuando la élite política ha decidido saltarse el único compromiso con el que cumplían, cuando hay que plantarse de una vez. No me refiero, como habrán podido adivinar, a la austeridad, ni a la buena gestión, ni al compromiso, ni a la solidaridad, ni a la justicia, ni al control de gastos. No, ahora que la élite política, representada por la hija de un presunto corrupto, presunto estafador y presunto mafioso ha gritado “que se jodan” después de que, incluso a los bien pensados, nos diera la impresión de que llevaban años susurrándolo en voz baja, ha llegado el momento de decir basta.  Porque, seguramente, la división entre “los tontos y los malos” para los dos grandes partidos políticos es una simplicidad solo apta para cerebros poco exigentes como el mío. Pero sí sé que nosotros, funcionarios, parados, trabajadores, pequeños empresarios y ciudadanos ya sin pleno derecho no somos los malos. Y nunca lo hemos sido. Así que dejemos de una vez de echarnos la culpa unos a otros y busquemos a los verdaderos responsables. Esos que nos han estado tratando demasiado tiempo como si fuéramos imbéciles. Y que no son solo malos y tontos. Sino también pocos y cobardes. Que no se nos olvide.

7 comentarios:

  1. Buenísimo, plas, plas, plas!!
    ¿Te importa que te comparta?

    Un saludo

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  2. Echo en falta que menciones al resto de partidos y veo un castigo excesivo a la labor de ZP, que tuvo una primera legislatura muy digna. Por lo demás, todo perfecto, sobre todo el final. Ahora todos a la calle!!

    Rafa

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  3. El artículo está bien expuesto y bien argumentado... para lo que te interesa. Porque decías que no, pero has acabado estableciendo una comparación entre ZP y Rajoy en la que, oh sorpresa, acaba ganando el primero... Es curiosa la manía que tenéis los artistas con él, y cómo os empeñáis en mantener una fidelidad casi de perros apaleados... Vamos, primero tuvistéis que estar callados y ahora volvéis a asomar la cabeza. Es cierto que los dos gobiernos han sido horribles, pero comparar a uno que llegó en una buena situación económica con la que ha encontrado Rajoy me parece oportunista...
    Y, sí, si la idea es criticar el bipartidismo deberías haber ofrecido alternativas. Vamos, es mi opinión.

    Eso sí, me han encantado las metáforas:
    " Zapatero, al menos a mí, siempre me causó la impresión de ser un entrañable pero torpe bonachón que, por una serie de errores, había acabado en un puesto que no le correspondía. Una especie de Homer Simpson sin gracia al mando de una central nuclear de verdad. Por su parte, el PP desde que está en el gobierno parece un tío de resaca jugando a los SIMS: claro que quiere ganar el juego, pero si se le mueren unos cuantos muñequitos por el camino, tampoco es una tragedia."

    R.J.C.

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  4. Perfecto.
    Solo un punto. El de ahora es tan estúpido o más que el anterior, eso aparte de malo. Y es que no se puede gobernar tan mal ni a propósito.

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  5. Muchas gracias a todos por comentar y disculpadme el retraso en contestar...

    @Pau: la verdad, creo que tienes toda la razón. Siendo solo malo no se podría hacer tan mal...
    @Anónimo (aprovecho para recordaros, si volvéis por aquí, que, aunque no tengáis cuenta de Google firméis para que sea más fácil comunicarnos), sería un placer inmerecido que compartieras mi artículo. A ver si hay suerte y le gusta o interesa a alguien...

    @R.J.C. No era mi intención situar a ZP por encima de Rajoy... Sino, sobre todo, criticar a los dos absolutamente... Tienes razón en que no he dado alternativas, pero no soy analista político ni representante de UPyD o IU, sino solo un ciudadano cabreado: mi intención era pues, palatear... Como te decía, intentando tener la mayor objetividad posible... Que igual no he conseguido y, bien porque ZP siguen engañándome cuando me pone ojitos, bien porque Rajoy me está pareciendo casi un cínico cruel en los últimos tiempos, igual no he sabido mantener...
    Gracias por lo de las metáforas.... No sabía si habían quedado metidas con calzador, pero me apetecía meterlas.

    Un saludo a todos y ojalá os vea más por aquí.

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  6. Ah, perdona R.J.C., te contesté desde un móvil y por eso se me pasó por alto comentar una cosa... lo de "Es curiosa la manía que tenéis los artistas con él, y cómo os empeñáis en mantener una fidelidad casi de perros apaleados... Vamos, primero tuvistéis que estar callados y ahora volvéis a asomar la cabeza".
    Casi me matas de la risa porque me has recordado a la portada de La Razón con los Bardem en primer plano y, sobre todo, porque de artista no tengo nada... Pero muchas gracias por el inmerecido piropo.

    Otra cosa, para todos los demás, si a alguien le gusta el artículo, puede "menearlo" en este link: http://www.meneame.net/story/los-tontos-los-malos

    Y, si no, puede criticarlo tanto en estos comentarios como en el link anterior.

    Un saludo a todos

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  7. Muy buen artículo, aunque se intuye cierto Derrotismo en tus palabras...

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