martes, 15 de mayo de 2012

Los elegidos (-re-presentación de Sed de Marino González Montero)


Conocía a Marino González Montero de la presentación de Palabras Menores de Juan Ramón Santos (vino en calidad de editor -de calidad- del libro). Apenas sabía de él, pues, que era un hombre amable, con buen gusto para la edición (del que hacía gala en de la luna libros) y, como comprobé después de adquirir su libro “Sed” en La Puerta Tannhäuser, dotado de una innegable capacidad lírica y gran calidad literaria. También pude saber por la actividad de su Facebook que tiene energía y empeño por sacar sus distintos proyectos adelante. Sin embargo, lamentablemente, me perdí la representación de su obra Rojo y Negro en el Alkázar de Plasencia por motivos de salud y, por ser un desastre, había extraviado también el tríptico con toda la información del magnífico Mes del Libro que hemos disfrutado este año en Plasencia. Así que fui a la (re)presentación de Sed con pocos datos pero sin excesivas intrigas: daba por hecho que, como el 99% de las presentaciones, consistiría en el prototípico esquema de presentación, contextualización y lectura más o menos expresivas o apagadas de unos textos que, eso sí, ya sabía que compensarían el viaje, el calor y las alforjas.

Sin embargo, me encontré absolutamente de improviso con que Marino estaba flanqueado por un saxofonista (Claudio Gutiérrez) y un actor (Francis Quirós) de auténtico lujo que convirtieron la (re)presentación en un espectáculo sorprendente, vivo y que acabó de enfatizar el nivel de los relatos de Sed.

Una jodida pena que un show de tanta calidad fuera disfrutado por tan poca gente. Para los que se lo perdieron claro.

Pero, al fin y al cabo, como recuerda el personaje de Tony Wilson en 24 Hour Party People, en la última cena apenas había 13 personas, ¿no?


2 comentarios:

  1. Vic...¡ alabados sean los asistentes a ese evento! Y ya sabes: vivan las minorías absolutas y los lujos baratos.
    Me lo perdí( no se puede todo)y me alegro por ti.
    Bss
    My

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  2. ¡Hola Myriam!

    No sé cómo no había visto tu comentario hasta ahora... Qué razón tienes en lo de las minorías y los lujos... En este caso he de decir que, aunque minoritario, fue un auténtico lujo que no tenía precio.

    ¡Un besazo y a ver si nos vemos pronto!

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