viernes, 4 de noviembre de 2011

Ni a las drogas ni a la enseñanza.


Este es el único poema que soy capaz de leer.
Y solo yo
puedo escribirlo.
Otra gente parece creer
que el pasado puede guiarles.
Mi propia música
no está solamente desnuda.
Está abierta de piernas.
Es como una mujer
y tiene que ser orgullosa.
Yo no me maté
cuando las cosas me fueron mal.
No me dediqué
ni a las drogas ni a la enseñanza.
Intenté dormir,
pero cuando vi que no podía dormir
aprendí a escribir,
aprendí a escribir
cosas que pudieran ser leídas
en noches como ésta
por gente como yo.

(4.
La energía de los esclavos.
Leonard Cohen.
Traducción de Antonio Resines)

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