Javier Sánchez Menéndez, magnífico poeta y editor (de Ediciones de la Isla de Siltolá) ha abierto hace nada Siltolá Libros&Vinos, una librería elegante, completísima y en pleno centro de Sevilla.
Allí tendré el privilegio de presentar mi último libro, Diario de un puretas recién casado (Ediciones Liliputienses) el próximo sábado 23 de abril a las 20:00 con la compañía del mejor presentador posible, Pablo García Casado.
Y digo esto no solo porque Pablo se haya convertido en un poeta imprescindible desde que debutara con el brutal Las afueras en 1997. sino porque, en cierta medida, inspiró este libro que, hasta poco antes de entrar a imprenta, iba a haberse llamado García casado. Finalmente, el necesario homenaje quedó plasmado en un poema que podéis leer aquí:
García casado
Porque amar es el empiece de la palabra amargura.
Mecano
Soy un García casado de la vida.
Un hombre cualquiera, como tantísimos,
en una relación hetero sin aspavientos,
que arrastra su apellido y lo prolonga
más allá de lo estrictamente necesario.
Soy el terror de los buffets libres.
El que se queda callado en la sala de espera
cuando la enfermera repite su nombre.
Un godot que manda un whatsapp avisando
de que no le esperen si llega tarde.
Aunque no me llame así y otros
sean mi nombre y apellidos,
soy Fulano de Tal, j´est un autre,
un número impar emparejado, otra
cifra móvil motivo de disputa
entre políticos y sindicatos.
Soy el vecino de un quinto que delega
su voto en el presidente del bloque.
Alguien que espera que pasen las firmas
sin intervenir ni escuchar en los claustros.
Barrilete tragicómico, dime:
¿de qué planeta te caíste?
El que siempre da dinero a los mendigos
por miedo a encontrarse un día pidiendo
y que, por motivos parecidos, nunca protesta
demasiado a los camellos. Un afiliado
al escepticismo que a veces rompe
el carné en arrebatos de esperanza.
Soy otro García cansado de la vida
que paga una cuota fija de pretéritos
y otra variable de futuros simulados.
Un viejoven que remulga, otro
puñado añadido a la olla a tiempo
de estropear la sobremesa familiar
de un domingo cualquiera y piscinero.
Seré padre algún día mientras tanto
soy un hijo de puta moderado.
Desde aquí, muchísimas gracias a Javier, a Pablo y a todos los que encontréis un hueco para pasaros.
Esperamos pasar un buen rato juntos en un sitio inmejorable.